17 días después, Wilenny descansa en paz

A las siete de la mañana del jueves 20 de julio, Wilenny Lorenzo, de 11 años de edad, llegaba a las puertas de la casa de su abuela materna Dolores Marte, quien acostumbraba a vigilar a la menor mientras sus padres Wilmer y Nicauri se iban a trabajar.

Una vez allí, Wilenny se percató de que su abuela aún no estaba despierta y en ese momento se comunicó con Juan José Sánchez Nival, conocido como “Bruce Lee”, quien hasta ese instante era un “amigo de la familia” que en múltiples ocasiones comía y compartía en casa de sus padres.

De acuerdo a testimonio de los familiares, “Bruce Lee” contestó el mensaje de Wilenny preguntándole si ella podía ir a su casa mientras esperaba que su abuela se levantara y abriera la puerta; siendo ese el último movimiento que sus familiares pudieron rastrear de la niña de 11 años.

Su búsqueda inició justo al momento en que la señora Dolores se dio cuenta que la niña no se encontraba con ella ni en los alrededores de su casa; a la misma se unieron sus padres y con el pasar de los días, los residentes de La Piña, Madre Vieja Norte, en San Cristóbal, igual se sumaron a la expedición.

«Esa niña era como familia de uno aquí. Uno quiere mucho a su abuela, a sus padres y a ella ni se diga, una niña muy tranquila. Un sol», expresaba Miguel Cruz, residente del sector, manifestó a LISTÍN DIARIO.

Nicauri y Dolores, en su búsqueda, dieron con “Bruce Lee” quien negó haberla visto; sin embargo con el pasar de los días y varios testimonios, dieron con que el mismo resultó ser el último en verla. Juan José resultó detenido a los pocos días y lograron conseguir vídeos de una cámara de seguridad en el que se le veía llevar a la niña de forma apresurada.

Al salir de la sala de audiencia, Sánchez Nival negó que sea el responsable de los hechos que se le imputan, tanto de la violación de la menor como la desaparición de la niña Lorenzo.

“No, yo no hago coro con la madre de ella”, dijo entre lágrimas al ser cuestionado si era responsable de desaparecer a la menor de 11 años.

La tarde del sábado, luego de que el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) realizará una necropsia que permitió confirmar la identidad de la menor, que no pudo ser reconocido en primera instancia debido al estado de descomposición que tenía, los vecinos del sector abarrotaron la casita azul en donde vivía con coronas de flores; una gran cantidad de personas que llenaron una pequeña calle sin salida, al tiempo que colocaban una música de fondo de la agrupación cristiana Tercer Cielo que hacían que los llantos de los familiares se perdieran entre el sonido.

«Ella era una niña muy buena, muy decente. Fue decisión Dios, ya quería tener ese ángel a su lado», era el consuelo que le ofrecía uno de los vecinos tanto a la madre como a la abuela de Wilenny mientras ambas apenas podían articular palabras debido a los llantos.

“Déjenme ver a mi niña por última vez, déjenme ver a mi niña por última vez». Los llantos de la señora, quien se encontraba al pie del ataúd clamando porque se abriera y de esa forma ella poder «verla por última vez», eran respondidos por sus propios familiares quienes repetidamente le decían «ya no hay nada que ver, no hay nada», en referencia al avanzado estado de descomposición en qué fue hallado el cadáver.

Cercano al ataúd, también estaba el padre de Wilenny, Wilmer Lorenzo, quien apenas podía sostener el ramo de flores que dejaría en la tumba de su hija ya que las lágrimas seguían aumentando a medida que la oración de despedida era pronunciada.

Una vez culminada la misma, la sepultura se completó y tras 17 días, Wilenny descansó en paz.

Alrededor del campo santo, familiares y amigos exigían justicia por lo acontecido y que el hecho no quede impune.

«Justicia, Justicia, porque yo tengo tres hijas y no quisiera que les pase lo mismo, así que exigimos justicia, justicia para ellos y justicia para nosotros», expresó Ramón Lara.

De su lado, la señora María Altagracia sugirió a los padres a no «otorgar confianza con sus hijos a nadie» ya que a su entender el hecho fue cometido por esa situación.

Por el crimen se acusa a Juan José Sánchez Nival, alias “Bruce Lee”, condenado a tres meses de prisión preventiva por abuso sexual contra otra menor de edad, y señalado como responsable de la desaparición y muerte de Willenny, quien, además, habría revelado en el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Hombres, en dónde se encontraba el cuerpo sin vida de la menor.