Año: 2021

WASHINGTON.- El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que dé continuidad a sus «mecanismos de presión» al mandatario nicaragüense, Daniel Ortega, y así intentar que el Gobierno del país vuelva al «camino de la democracia». «En Nicaragua debemos seguir desempeñando un papel fuerte y contundente a la hora de exigir elecciones libres y transparentes. Debemos seguir trabajando para que los derechos políticos sean apoyados por la acción de esta organización», ha defendido Almagro, quien ha apuntado a «promover y facilitar» el diálogo político, la negociación y el consenso entre las partes. El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), liderado por Ortega, cosechó en los comicios de principios de noviembre cerca del 75 por ciento de los votos, mientras que naciones como Estados Unidos criticaron el proceso electoral como una «pantomima». Ahora, Almagro considera que el organismo americano debe dar continuidad a sus maniobras de presión de forma «fuera y contundente» apostando por la celebración de elecciones «libres y transparentes», así como la liberación de los políticos presos y promoviendo el diálogo entre Gobierno y oposición. Si bien, esta estrategia ha derivado en que Ortega anunciase su salida de la OEA argumentando «injerencia» en los asuntos internos de la nación centroamericana cuando afirmó que los comicios estuvieron faltos de «legitimidad democrática». Para alcanzar su objetivo de abandonar el organismo, la vicepresidente nicaragüense, Rosario Murillo, confirmó la decisión de denunciar la Carta de la OEA alegando que el objetivo de esta es «someter» a las naciones. Para Murillo, la OEA «violenta sus propias normas constitutivas» pues «no respeta la soberanía de los pueblos», algo que también ha compartido el representante de Nicaragua ante la OEA, Michael Campbell, quien ha apuntado que la decisión es «irrevocable». «El pueblo y el Gobierno de Nicaragua renuncia a formar parte de esta organización cautiva en Washington, instrumentalizada en favor de intereses norteamericanos, convirtiéndose en constructora de injerencias y desacuerdos, en prejuicio de los pueblos de América Latina y el Caribe», ha lamentado el enviado nicaragüense.