Béisbol carece de control de dopaje muy diferente al deporte federado
El remachado tema de los esteroides en el béisbol dominicano se mantiene sin variaciones significativas en la República Dominicana.
Ocurren algunas situaciones en el mundo del deporte local más allá del béisbol, solo que esto está reglamentado, un aspecto del que carece el juego que más apasiona en la República Dominicana, en este caso particular, en el mundo de los menores.
En el 2019, este medio publicó una serie de reportajes denominado Jugada Sucia. Uno de ellos, el 4 de marzo, se titula: «Dosis letales: cuando los esteroides sacan del juego al «superpelotero», un artículo bajo la firma de las periodistas Tania Molina y Mariela Mejía.
El reportaje toca, lastimosamente, el caso del joven pelotero Pedro Manuel Matos (Juancito), quien falleció, según informes, por una supuesta inyección y de igual forma destaca que son dos los medicamentos más comunes para doparse: Winstrol (estanozolol) y Caballín (medicamento veterinario).
Al fin y al cabo las nueces, pese a ser abundantes, no resonaron lo suficiente donde debían.
Nathanael Pérez Neró reabrió el tema nueva vez: «Alarmante patrón de insuficiencia renal aguda en adolescentes relacionado con el uso de esteroides», tituló así el pasado 28 de abril.
Las responsabilidades, en un tema tan vertebral como ese, se mantienen en un vaivén.
«El tema de sustancia dopante en el béisbol trasciende lo deportivo y nos trae un problema de Salud Pública», señala el presidente de la convención internacional contra dopaje en el deporte de UNESCO, Marcos Díaz.
Béisbol frente al deporte federado
En República Dominicana la estructura del principal deporte nacional muestra debilidades. Diferente al deporte federado.
«El tema dopaje tiene una estructura de controles para todo lo que tiene que ver con el deporte federado», señala Díaz.
El deporte federado está algo más protegido por cuanto el país es signatario del Código Mundial Antidopaje y por ende está regulado por la agencia mundial Antidopaje cuya entidad nacional reguladora es la Agencia Nacional Antidopaje de la República Dominicana, explica Díaz.
La caja tramposa que trae la pelota dominicana
«En pocas palabras, todo lo que es el deporte federado tiene estructura de control y fiscalización», indicó.
«No obstante, el béisbol profesional y la estructura vinculante al deporte profesional no es signataria del Código, por lo tanto, esos organismos fiscalizadores y regulares como la Agencia Nacional Antidopaje, no tiene en su espectro la competencia para regularlo», agrega.
Bajo esa situación, sostiene que «recae su control en las entidades gubernamentales, no del área del deporte de federado ni del olimpismo».
Para Díaz «históricamente ha existido una irresponsabilidad de parte de las entidades gubernamentales en exigir controles» al béisbol y los vinculantes».
Pruebas de dopaje
El sector federado, muy diferente al béisbol, realiza pruebas de dopaje en distintos deportes a sus atletas. Incluso existe lo que se llama grupo control. Distinto a lo que sucede en el deporte profesional no federado, Major League Baseball, y cualquier entidad vinculante al béisbol profesional, «como LIDOM, las academias, las granjas, los trainers», carecen de un sistema de control, «por lo tanto, la única capacidad regulatoria recaería sobre las entidades gubernamentales», señala Díaz.El tema preocupa más pues solo se ve el dopaje «pero también afecta la escolaridad, deserción escolar, el negocio, los contratos a destiempo», algo que tampoco está bajo supervisión. «En un foro en Washington, definí (esta situación) como lo más similar a la trata de personas», manifestó. Y subraya: «El Estado ha sido irresponsable en regular el negocio para garantizarnos que el mismo no tenga un resultado social negativo, como ahora mismo con el dopaje lo estamos viendo».