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Manifestación, conmemoración, celebración. En el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer adopta diferentes formas y colores alrededor del mundo. Chile Unas de las primeras en salir a la calle fueron las chilenas, pues en Santiago decenas de mujeres protagonizaron la protesta denominada «Lunes súper feminista», que incluyó la performance «Un violador en tu camino», popularizada por el colectivo Las Tesis. Los manifestantes también hicieron llamamientos para participar en la huelga general y la marcha convocadas por la Coordinadora Feminista 8M para el martes Afganistán En Kabul, Afganistán, la protesta es más discreta. Miembros del Movimiento por los Derechos de la Mujer desafiaron a los talibanes reuniéndose frente a un hospital para denunciar la interrupción de una campaña de donación de sangre que había sido realizada por mujeres activistas en el marco del Día de la Mujer. Fueron los talibanes los que interrumpieron la campaña de donación de sangre, según informaron las activistas. Monesa Mubarez, jefa de un movimiento por los derechos de las mujeres, dijo a la salida de un hospital de Kabul, junto con otras siete activistas, que el grupo tenía la intención de organizar una protesta. Debido a la brutal represión de los talibanes contra las manifestantes por los derechos de las mujeres, decidieron donar sangre en su lugar. Dijo que se había coordinado de antemano, pero «cuando vinimos a iniciar nuestra campaña, el director del hospital, que es uno de los muyahidines (talibanes) no nos dio permiso». Los intentos de convencer al banco de sangre central de la ciudad también fueron inútiles. «Tampoco nos dieron permiso, así que nuestra campaña se detuvo», dijo. Los talibanes no respondieron a las solicitudes de comentarios. Rumanía En este día también hubo sutiles celebraciones, como en Palestina y Rumanía donde las mujeres, algunas huyendo de la guerra en Ucrania, recibieron rosas, tulipanes y otras flores. A pesar de que la festividad celebra a las mujeres, muchas de las que huyen de la guerra dicen que sólo sienten estrés por tener que buscar una nueva vida para sus hijos, ya que los maridos, hermanos y padres se quedan atrás para defender el país. «El mejor regalo para todas las mujeres será el fin de la guerra», dijo Anastasia Kvirikashvili, de 19 años, que huyó de Vinnytsia. Pero para algunas de las mujeres que han llegado al paso fronterizo de Siret, en Rumanía, las flores han traído algo de alegría en este trágico momento de sus vidas. «Me siento muy bien, de verdad, lo aprecio mucho», dijo Mariia Kotelnytska, de 15 años, que huyó de Poltava con su abuela.