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PERAVIA.- En la provincia Peravia solo hay un velatorio con cadáver. Es el de Raquel Pérez, de 52 años, quien murió de un infarto la mañana del lunes. Los demás son carpas vacías, con el duelo de padres, vecinos, familiares y amigos. Ella es la madre de Kiara, una joven banileja que resultó herida en un ojo en el accidente del camión de indocumentados en Chiapas, México, donde hay ocho dominicanos muertos, otros heridos y un desaparecido. Un grito fuerte de Raquel, quien vivía en el primer nivel de una casa en La Esquina Los Venturas, en el sector Los Cajuilitos, al norte de la ciudad de Baní, fue lo que alertó a su vecina del segundo piso. “La vecina escuchó el grito, bajó corriendo y la encontró tirada en el piso”, dijo un sobrino de la víctima. Además de Kiara, quien desde México le pedía que se mantuviera tranquila que ella estaba bien, Raquel tenía otra hija a la que ordenó que fuera bien temprano para que se reuniera con las autoridades por un rumor que hay en Baní de que se les daría visa humanitaria a los familiares de las víctimas de la tragedia de Chiapas. “Ella me dijo que venga temprano, estaba muy mortificada”, expresó su otra hija. Kiara ahora tiene el dolor de la muerte de su madre, la incertidumbre de indocumentada en el extranjero y de cuidado de dos de sus tres hijos que le había encargado a su progenitora. Por otro lado, uno de los fallecidos Edison Yunior Báez era padre de cuatro hijos. Murió en la tragedia y deja a unos padres devastados. Aunque vivía en el municipio Nizao, iba todos los días al sector Las 20 Casitas, al norte de Baní, a visitar a su madre, entre las 7:00 y 7:30 de la mañana. Era prestamista, le iba muy bien, dijo su padre Manolo Carmona, quien le había suplicado el pasado lunes cuando se fue a despedir para ir a ese viaje incierto “que por favor no se fuera. Le dije que lo pensara bien que él estaba bien aquí, pero no me escuchó”. Mientras que Yeni Martínez, su madre, no para de llorar. A ella también le mintieron, dos días después fue que le dijeron que había fallecido. Este joven, apodado Bacalao, muy popular en Baní y Nizao, habría pagado casi un millón y medio de pesos para juntarse con dos de sus hermanos que habían llegado hace unos meses a Estados Unidos en un viaje ilegal similar. De los ocho fallecidos, dos eran de El Cañafístol, dos de Catalina, uno del Cruce Los López, uno de Las 20 Casitas y uno de Boquerón, provincia de Azua. De las casi 20 víctimas del vuelco de un tráiler en Chiapas, México, familiares y amigos ya han identificado a Juan Alberto Soto Ortiz y Yuniel Mordan Báez, de El Cañafístol; Rafelín Martínez Castillo, Las Carreras; Ángel Lugo García y Frantony Matos González, de Catalina; Luis Alfredo Báez, Fundación de Peravia; Luis Emilio Roa Chalas, del Cruce San José; y Édison Báez Martínez, de Las 20 Casitas. EN BANÍ Trata de personas. Desde hace décadas en Baní se ha denunciado la existencia de redes de trata de personas hacia los Estados Unidos, utilizando como ruta área y terrestre a Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y otros países centroamericanos que buscan llegar hasta México, donde grupos conocidos como “Coyotes”, los cruzan a Estados Unidos. Ansias y sueño. Los muertos y desaparecidos en esa ruta clandestina, en esta provincia Peravia, se cuentan por decenas desde los años 80 hasta la fecha. Los viajes en yola hacia Puerto Rico tienen una estela mayor de muertes y desaparecidos en igual período, pero estos accidentes no detienen las ansias ni el sueño de banilejos que venden e hipotecan propiedades para llegar a Norteamérica.