Commander, el perro de Biden, vuelve a morder a un agente del Servicio Secreto
Commander, el pastor alemán del presidente estadounidense, Joe Biden, mordió el lunes a un agente del Servicio Secreto, según informó este martes a la prensa el portavoz de ese cuerpo, Anthony Guglielmi.
El incidente tuvo lugar hacia las 20:00 hora local (00:00 GMT del martes) y el agente fue tratado por el personal médico y se encuentra bien.
Elizabeth Alexander, directora de comunicaciones de la primera dama Jill Biden, dijo que «la Casa Blanca puede ser un entorno estresante para las mascotas de la familia, y la familia presidencial sigue trabajando en formas para ayudar a que Commander maneje la naturaleza a menudo impredecible de los terrenos de la Casa Blanca».
Añadió que los Biden están «sumamente agradecidos con el Servicio Secreto y el personal de la residencia ejecutiva por todo lo que hacen para mantener su seguridad, la de su familia y la del país».
No es la primera vez que Commander salta al foco mediático por sucesos parecidos. Según información a la que ha tenido acceso la CNN, el perro, de dos años de edad, ha protagonizado otros diez accidentes entre octubre de 2022 y el pasado enero.
El pasado noviembre, un agente tuvo que ser hospitalizado tras ser mordido en los brazos y las piernas.
Desde la Casa Blanca se indicó en julio que los Biden estaban contemplando someterlo a un nuevo entrenamiento para controlar la situación, pero este martes la CNN dijo no tener confirmación de si este había tenido lugar.
Commander llegó a la Casa Blanca en diciembre de 2021. Fue un regalo que recibió el presidente de su hermano James, meses después de la muerte de Champ, un pastor alemán que acompañó a la pareja durante 13 años.
En la historia de EE.UU., la mayoría de las familias presidenciales han contado con la compañía de una mascota en la Casa Blanca: Barack Obama (2009-2017) tuvo dos perros de agua portugueses, Bo y Sunny, mientras que su antecesor, George W. Bush (2001-2009) convivió con tres canes y una gata.
Los Biden adoptaron en 2018 a otro pastor alemán, Major, quien fue trasladado a su residencia de Delaware tras un ataque a un miembro de la seguridad presidencial. La familia también tiene un gato, Willow.