De un viaje de vacaciones a una “cárcel” flotante, por el coronavirus
David Abel quiso festejar sus bodas de oro con un crucero de lujo en el que podía degustar manjares y disfrutar de los paisajes de Asia oriental.
Terminó encerrado en su camarote en el Diamond Princess por dos semanas más, comiendo un emparedado “de lechuga con algo de pollo” y viendo cómo se llevaban a 20 personas infectadas por un nuevo virus al hospital.
Cientos de pasajeros como Abel, a bordo de dos cruceros en Japón y Hong Kong, quedaron atrapados por el drama y el miedo causado por un nuevo tipo de coronavirus del que poco se sabe aparte de que se contagia con facilidad. El jueves aún se realizaban exámenes a pasajeros y tripulantes que exhibían síntomas o tuvieron contacto con personas infectadas.
“No será un crucero de lujo; será una cárcel flotante”, dijo Abel en Facebook desde el buque en el puerto de Yokohama, en las afueras de Tokio.
Mientras funcionarios japoneses llevaban provisiones a bordo para que la cuarentena fuese un poco más soportable, los pasajeros recurrieron a las redes sociales para destacar la amabilidad de la tripulación y quejarse de la falta de medicamentos, la calidad de la comida y la imposibilidad de ejercitarse o siquiera salir del camarote.
Sus fotos y videos mostraban que el buque de 3.711 pasajeros y tripulantes se ha convertido en una nave fantasma con zonas de recepción, albercas y salones abandonados. En el buque en Hong Kong escasean los pañales y la leche para bebé, según trascendió.
“Creo que para muchos pasajeros será un aburrimiento total”, dijo Abel en una entrevista. Se considera afortunado por tener un camarote con balcón. “Siento pena por los que tienen camarotes interiores sin luz natural ni aire fresco. Para ellos van a ser dos semanas bastante desoladoras”.
China ha reportado más de 28.000 casos del virus, que se ha propagado a una veintena de países. Pero el miedo se propaga más rápidamente que el mismo mal. Los trabajadores de la salud en Hong Kong hacen huelga para que se cierre la frontera con China continental, y en toda Asia los chinos padecen discriminación. Taiwán ha prohibido los cruceros internacionales.
Funcionarios de salud japoneses dijeron a la prensa que se enviaba un equipo médico con provisiones al buque. En el puerto donde el buque dejó los pasajeros infectados y recibió provisiones, una persona en buzo enterizo de protección abordó con dos cajas que llevaban el rótulo “termómetros”.
En la nave World Dream en cuarentena en Hong Kong, se examinaba a los más de 3.600 pasajeros y tripulantes porque ocho a bordo contrajeron el virus.