Edificio que se derrumbó en El Bronx fue declarado «inseguro» en 2020
El edificio de siete pisos que se derrumbó parcialmente la tarde del lunes en El Bronx había sido considerado «inseguro» por una empresa de ingeniería en febrero de 2020, antes de que la pandemia del COVID-19 paralizara a Nueva York, lo que llevó a que no se le realizaran reparaciones críticas durante años y que ahora renueva las dudas sobre la seguridad del antiguo parque de viviendas en la Gran Manzana.
Una de las esquina del edificio Billingsley Terrace en Morris Heights comenzó a colapsar cerca de las 3:30 de la tarde, siendo una de los grandes derrumbes de la ciudad, que este año vio la caída de un estacionamiento con saldo de un muerto en Manhattan.
En el caso de la construcción de El Bronx no hubo muertos ni heridos de gravedad, informaron las autoridades.
El comisionado del Departamento de Edificios, James Oddo, dijo tras el siniestro que el edificio de casi 100 años de antigüedad se había sometido en días anteriores a trabajos de reparación, no así el día del colapso.
Los daños encontrados por los ingenieros
Las reparaciones recomendadas por Koenigsberg Engineering PC, que lo inspeccionó en febrero de 2020, se suspendieron debido a la pandemia, según los registros del Departamento de Construcción.
En ese momento los ingenieros examinaron visualmente la fachada y golpearon las escaleras de incendios y otras barandillas para verificar la resistencia, así como la construcción de andamios para examinar los ladrillos en una sección del edificio que daba a la calle, según los registros a los que tuvo acceso a The New York Post.
«A pesar de que esta ubicación fue seleccionada para ser representativa de la fachada restante, es posible que las conclusiones extraídas con respecto a las partes restantes de la fachada no se hagan con total certeza», escribió la firma.
En el informe, señalaron que «si bien nada en el edificio es inminentemente peligroso, el edificio se considera administrativamente ‘inseguro'» debido a problemas planteados en inspecciones anteriores que no se habían solucionado, incluido «un daño significativo de mampostería en toda la fachada».
Otros problemas señalados incluyeron ladrillos agrietados, grietas verticales en los alféizares de las ventanas y niveles freáticos, mortero suelto y dañado, una sección de parapeto ligeramente arqueada y grietas en el interior del parapeto.
Tras la suspensión de los trabajos en 2020, los ingenieros regresaron el 23 de marzo de 2021, señalando en su último informe que «se esperaba que el trabajo estuviera terminado en febrero de 2021. Sin embargo, el brote de COVID-19 retrasó el inicio de las reparaciones«.
Durante el breve seguimiento, advirtieron que «las condiciones observadas en 2020 no han cambiado».
El informe más reciente encontró siete condiciones inseguras en las fachadas, incluido el deterioro del mortero y los ladrillos agrietados, señaló Oddo durante la conferencia de prensa del lunes.
Oddo dijo que el departamento de construcción ahora analizará «detenidamente» los planes del propietario que volvieron a presentar recientemente para que la fachada cumpla con el código.
Residentes reportaron daños en infraestructura
María Vargas, de 55 años y esposa del superintendente del edificio, se dio cuenta del derrumbe por las grietas que se abrieron en las paredes de su apartamento en el tercer piso y se unió a la multitud que corría hacia la salida. Minutos después toda la esquina del edificio cayó.
«Dios mío, voy a morir», dijo la mujer a New York Times sobre los pensamientos que tuvo en ese momento.
El diario informó que antes del colapso, los residentes del lugar se habían quejado de numerosos problemas, incluido uno con la fachada que aún no se había reparado, según los registros de construcción de la ciudad.
Miriam Rodríguez, de 63 años y que ha vivido en el edificio por unas tres décadas, dijo que se había comunicado con la ciudad con quejas.
«Se podían arreglar todo tipo de cosas, desde los pisos hasta el techo», dijo la mujer, que agregó que «había una grieta en las paredes en la esquina exterior que se derrumbó. Se hizo cada vez más amplio y nadie hizo nada al respecto».
Críticas a la política de inspección en NY
Un profesor de ingeniería civil en la Universidad de Drexel que estudia fallas estructurales y consultado por el medio, dijo que no creía que la supervisión de los edificios por parte de la ciudad fuera suficiente.
Explicó que los reguladores se enfocan más antes y durante la construcción o cuando un propietario busca algún permiso. Después de eso -dijo-, la responsabilidad de identificar y corregir los problemas casi siempre recae en el propietario y añadió que los neoyorquinos deberían estar preocupados.
De acuerdo con el New York Times, la ley exige a los propietarios contratar ingenieros y contratistas autorizados para inspecciones periódicas, por ejemplo, para los muros de contención se requiere una inspección cada cinco años y para las calderas una anualmente, mientras que los inspectores de la ciudad pueden responder a quejas o realizar revisiones sorpresas.
Al ser cuestionado si la política sobre el tema debe ser cambiada, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, dijo que creía en el que el plan de que los propietarios recurran a ingenieros y arquitectos certificados externos para revisar las cuestiones de seguridad. Pero también dijo que la ciudad debe asegurarse que el sistema funcione correctamente.
«Cada colapso es un colapso malo», dijo el martes Adams. «Muchos de nuestros edificios proceden de un parque más antiguo. Tienes esto de vez en cuando», agregó.
Dos civiles sufrieron heridas leves durante la evacuación del edificio, que incluye 47 unidades residenciales y seis negocios. La Cruz Roja estadounidense dijo que trata de ubicar a 146 miembros de 46 hogares en toda la ciudad.
Las autoridades aún no han determinado por qué parte del edificio se derrumbó.