EE.UU. exige a Rusia investigar el brutal ataque a la periodista Yelena Miláshina en Chechenia
Estados Unidos exigió este jueves a Rusia que lleve a cabo una investigación rápida y exhaustiva del brutal ataque contra la conocida periodista rusa Yelena Miláshina en la república rusa de Chechenia, donde iba a informar sobre un juicio.
La laureada reportera fue víctima el pasado martes de una agresión a manos de un grupo de encapuchados, junto a su abogado Alexander Nemov, según denunció su diario, el ilegalizado «Nóvaya Gazeta».
«Las autoridades rusas deben realizar una investigación rápida, imparcial y transparente sobre las circunstancias de este ataque salvaje y garantizar que los responsables sean llevados ante la justicia», expresó el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, en un comunicado.
Miller recordó que Miláshina fue galardonada en 2013 con el Premio Internacional a la Mujer Coraje y que ha cubierto «los asuntos más controvertidos de Rusia con pasión, veracidad y dedicación».
El ataque contra la periodista, agregó el portavoz, es una «afrenta» a la libertad de expresión recogida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Además, subrayó que este es un nuevo capítulo de «violencia contra reconocidos periodistas de investigación en Rusia», con lo que Moscú está «vulnerando» sus obligaciones internacionales.
Miláshina había viajado a Chechenia para asistir a la lectura de la sentencia de Zarema Musáeva, madre de unos activistas chechenos, acusada de agresión a un agente policial.
Camino a la audiencia, Miláshina y el abogado Aleksandr Nemov fueron interceptados por tres coches con cerca de «unas cuatro personas en cada uno», quienes los sacaron del taxi en el que viajaban desde el aeropuerto de Grozni y atacaron a la periodista. Los enmascarados raparon a Miláshina y rociaron su cabeza con un antiséptico verde. El abogado sufrió un navajazo en la pierna.
La periodista de «Nóvaya Gazeta», especializada en temas de derechos humanos, no vive en Rusia desde febrero de 2022, cuando abandonó el país por amenazas de las autoridades chechenas.
Las amenazas que recibía por su labor periodística, comparada con la que realizaba la asesinada Anna Politkóvskaya, fueron denunciadas también por Amnistía Internacional.