Ejército toma el control en un convulso Acapulco que resiente golpe de Otis con 39 muertos

El Ejército mexicano ha asumido el control del balneario turístico de Acapulco y está encargándose de las labores de reparación y entrega de ayuda en esa zona del estado de Guerrero después de los saqueos y el descontrol generados por el devastador paso del huracán Otis, de categoría 5. Hasta ahora, el huracán ha dejado 39 muertos, 10 desaparecidos, decenas de heridos y cuantiosos daños materiales.

Las Fuerzas Armadas están trabajando para restablecer el orden y proporcionar agua y alimentos a una población sumida en la desesperación, tristeza y rabia debido a la destrucción total o parcial de sus hogares, centros de trabajo y hoteles, así como a la falta de suministros y a la lentitud en la llegada de la ayuda.

Resolver estos problemas en una ciudad destruida con aproximadamente 800,000 habitantes y daños en alrededor de 400,000 hogares no será una tarea sencilla. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha declarado: «Estamos llevando a cabo las cosas de manera organizada y procurando mantener el orden, evitando el robo, que es otro asunto que seguiremos atendiendo (…) lo que buscamos es que todo se desarrolle de manera ordenada».

Desde las primeras horas, los habitantes y turistas varados en el puerto sabían que se avecinaban momentos difíciles debido a la falta de energía eléctrica, servicios de telecomunicaciones, transporte y gasolina, así como a los bloqueos en carreteras causados por los deslaves. Esta situación de desesperación por la falta de agua y alimentos, sumada a la ausencia de autoridades, provocó saqueos no solo de productos de primera necesidad, sino también de aparatos electrónicos, convirtiendo a Acapulco en tierra de nadie durante unas horas.