El desorden en tránsito urbano atenta contra la calidad de vida
El Distrito Nacional tiene el reto de diversificar y rediseñar la movilidad de los ciudadanos y cambiar el modelo de ciudad que mantiene, donde es más fácil conducir un vehículo que caminar por sus calles.
Siendo el desorden urbano un atentado contra la calidad de vida de los dominicanos, caminar de manera segura por las calles debería considerarse como un derecho humano.
Esas reflexiones forman parte de la introducción y las conclusiones contenidas en la primera edición de la Guía Integral para una Mejor Movilidad en el Distrito Nacional, elaborada por Jorge Juan Feliz Pacheco, un ingeniero y político dominicano, máster en Economía Verde, especialista en políticas públicas.
En el documento expone una serie de ideas, guías y propuestas para mejorar la movilidad en el Distrito Nacional, a fin de contribuir a la reducción de los siniestros, la contaminación y el sedentarismo.
El experto expone las acciones que deben ser asumidas por el Gobierno Central, por el ayuntamiento del Distrito Nacional y por la ciudadanía en general.
Destaca que resolver el tema del tránsito no es cuestión de infraestructuras, ni de gobierno central o local, sino de consciencia colectiva y voluntad del Estado dominicano.
70% en áreas urbanas
Entre las conclusiones que expone en la guía, destaca que las capitales del mundo no paran de crecer y, según cifras de las Naciones Unidas, para el año 2050 cerca del 70% de la población mundial vivirá en áreas urbanas, lo que implica un reto para las grandes urbes que deben prepararse para recibir y facilitar la circulación de toda la gente.
Las ciudades del mundo ocupan solo el 3% de la tierra, pero representan entre el 60% y el 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de carbono.
En el Distrito Nacional, señala, con tan solo 92 kilómetros cuadrados, se movilizan cada día cerca de dos millones cuatrocientas mil personas, lo que implica la necesidad de buscar soluciones.
Consideró que el reto es diversificar y rediseñar la movilidad de la población. “No podemos seguir con el modelo de ciudad donde es más fácil conducir un vehículo y más difícil caminar, cuando caminar de manera segura en las calles debería considerarse como un derecho humano”, señala.
Dice que una buena movilidad elevará la calidad de vida y reducirá las emisiones de CO2.
De tres a cinco horas
Señala que se debe hacer todo lo posible para que los capitaleños no sigan pasando de 3 a 5 horas diarias desplazándose a sus trabajos, centros educativos y otros lugares.
Feliz Pacheco tiene la visión en los próximos años de una ciudad más segura y sostenible, cohesionada, verde y resiliente, de movilidad fluida, digital, innovadora e inclusiva, que piense en todos los colectivos.
30% parque vehicular
Refiere que debido al empuje de la economía se ha incrementado el parque vehicular hasta llegar a 5.2 millones de vehículos, según registros de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), agosto 2022, de los cuales el Distrito Nacional posee más de un millón de unidades, representando cerca del 30% del parque vehicular de la República Dominicana.
“A esto se agrega un millón de personas de población flotante que vienen a estudiar, trabajar o hacer algún tipo de diligencias a nuestra ciudad, generando un gran caos en las vías públicas y mucha contaminación”, precisó.
Feliz Pacheco estima que la pirámide de la movilidad urbana está totalmente invertida en el Distrito Nacional.
Una calle a la vez
Destaca que las ciudades se cambian una calle a la vez y señala que según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), debido a los atascos del tránsito, la demora agregada en Santo Domingo ascendió a 75 millones de horas, 23 horas/habitante y 36 horas/viajero.
Agrega que los costos por congestión representarán US$180 millones en 2021, dando un equivalente a casi medio millón de dólares diarios.
Reconoce que ninguna ciudad en el mundo ha resuelto el problema de taponamientos, y que el Distrito Nacional no será el primero, pero que necesita diversas opciones de movilidad para sus ciudadanos.