El otro drama que afronta China: las sanciones están poniendo sus marcas de móviles frente al abismo
El discurso de Estados Unidos y sus aliados es muy claro: las prohibiciones que están poniendo en marcha con el propósito de frenar el desarrollo tecnológico de China persiguen en última instancia asfixiar su carrera armamentística. Los semiconductores ejercen un rol fundamental en el progreso técnico de cualquier país desarrollado, de ahí que la estrategia más eficaz para detenerlo consista, precisamente, en impedir que acceda a los equipos litográficos más avanzados.
Este conflicto tiene ramificaciones económicas, geoestratégicas y comerciales muy profundas, por lo que, como cabía prever, está dejando una infinidad de víctimas colaterales. Los fabricantes de smartphones chinos son con toda probabilidad las empresas de tecnología que se están viendo obligadas a soportar buena parte de la presión ejercida por la alianza que lidera EEUU, y en la que están involucrados también buena parte de sus vecinos asiáticos.
Huawei ejemplifica claramente qué impacto pueden tener las sanciones que promueve el país liderado por Joe Biden en el devenir inmediato de una gran compañía. Actualmente otros fabricantes de teléfonos móviles chinos también tienen dificultades para conseguir algunos de los chips avanzados que necesitan para poner a punto sus terminales. Es una consecuencia de las sanciones impuestas por EEUU y sus aliados. El liderazgo mundial de la industria de fabricación de smartphones china está en juego.
O innovan y se diversifican, o las marcas de móviles chinas morirán
No lo decimos nosotros. Lo prevén Tang Qi y Zeng Liaoyuan, dos expertos chinos que conocen profundamente la industria tecnológica de su país. Este último ejerce como profesor asociado de ingeniería de telecomunicaciones en la Universidad de Tecnología y Electrónica de Chengdu, en China, y augura tiempos muy difíciles para los fabricantes de teléfonos móviles chinos. Incluso se atreve a vaticinar cuánto tiempo tardará su país en ser capaz de fabricar semiconductores avanzados por su cuenta: al menos dos décadas.
La industria de la fabricación de dispositivos electrónicos tiene una profunda dependencia estructural del sector de los semiconductores
Y es que la estrategia que puede permitir a China recuperarse de la presión que está ejerciendo sobre su economía y su capacidad tecnológica la alianza liderada por Estados Unidos pasa por independizarse completamente de las potencias extranjeras. El problema es que desarrollar sus propios equipos de litografía avanzados requiere tiempo. Mucho tiempo. De hecho, a ASML le llevó dos décadas poner a punto sus equipos de fotolitografía de ultravioleta extremo (UVE). Curiosamente es el mismo plazo de tiempo vaticinado por Liaoyuan.
Este experto defiende que lo que debe hacer China es desplazar la liza que mantiene con Estados Unidos a otro terreno. La industria de la fabricación de dispositivos electrónicos que tanto peso tiene actualmente en la economía china tiene una profunda dependencia estructural del sector de los semiconductores. Y ahora mismo China en este terreno de juego no tiene margen de maniobra. Según Liaoyuan a los fabricantes de smartphones chinos no les queda más remedio que apostar por la innovación con más decisión que nunca. De lo contrario, no sobrevivirán{
Es evidente que China está encarando un panorama sombrío, pero todavía tiene un as muy importante en la manga. Y es que este país de proporciones continentales es con diferencia el mayor productor de muchas de las materias primas de las que se abastece la industria de los chips, como, por ejemplo, las tierras raras. Los países occidentales están intentando reducir su dependencia de los proveedores chinos en este ámbito, pero mientras China mantenga su hegemonía a EEUU y sus aliados les va a resultar difícil trasladar la fabricación de dispositivos electrónicos más allá de las fronteras del país dirigido por Xi Jinping.