El transporte ha sido duramente golpeado con el cierre fronterizo
«De eso no se habla, los transportistas somos unos perros«, se queja un camionero cuya patana movió por primera vez en los últimos 20 días una carga desde Santo Domingo hasta el punto fronterizo El Carrizal, ubicado en Elías Piña.
Las autoridades municipales de Bahoruco, provincia fronteriza en el sur del país, reconocen tras bambalinas que el transporte ha sido el sector más golpeado por el cierre de la frontera entre la República Dominicana y Haití, al ser una dependencia del movimiento comercial.
La ruta de autobuses de pasajeros Jimaní-Santo Domingo opera una quinta parte de lo usual, y no se debe exclusivamente al traslado de mano de obra haitiana desde la frontera hasta los distintos puntos del país, advierte un alcalde oficialista. También en el transporte de pasajeros se trasladan un grupo de comerciantes pequeños que venden dispositivos electrónicos como celulares y sus accesorios, y otras mercancías.
No es un comercio grande, pero es parte del sistema que se alimenta de la apertura de la frontera.
En Elías Piña las rutas que salen desde el municipio cabecera también se han reducido. En conversación con los motoconchistas que trasladan a los pasajeros de las rutas, y ellos advierten la merma, por el momento viven exclusivamente del traslado de los habitantes de Elías Piña, que en estos días está en fiesta patronal.
El control de la parada de guaguas de Elías Piña, bajo el hotel Doña Elsa, cuenta poco más de diez viajes diarios en estos días de cierre. Al preguntarle a la cajera cuántos acostumbra en tiempos normales, pierde la cuenta.
El tercer día de apertura peatonal del lado dominicano de la frontera es este viernes 13 de octubre. Las expectativas de los comerciantes no son optimistas por la negativa del lado dominicano de permitir la entrada de camiones, y el rechazo de los haitianos a abrir su puerta principal en retaliación a la acción dominicana iniciada el pasado 14 de septiembre, además de las amenazas que hacen en Haití contra los ciudadanos de ese país que se atrevan a comprar productos en República Dominicana.
El problema de los gorgojos no ocurre en Elías Piña
A pesar de que en Elías Piña tienen los mismos productos perecederos que en el mercado de Jimaní, donde los comerciantes advierten que las harinas están deteriorándose por la acción de las plagas, los comerciantes de Elías Piña no sufren el mismo inconveniente, sus naves de productos son en general más modernas y tecnificadas.
«Nosotros tenemos equipos de fumigación», dice un comerciante en El Carrizal. Sin embargo, tienen el mismo problema de mercancía parada esperando clientes.