El viaje a Montserrat abre una crisis en el fútbol de dimensión imprevisible
La aventura del seleccionado absoluto masculino dominicano en la Liga de Naciones de la Concacaf terminó el martes con un empate a cero en Nicaragua que los dejó como segundo de grupo, pero los golpes llegaron el fin de semana con el traumático viaje a Montserrat.
En el peñón caribeño se agotaron las opciones de avanzar a la Liga A con el revés 2-1, pero los problemas de logísticas para llegar y salir de allí (que ya se vivieron en 2019) desataron una crisis que amenaza con repercusiones en futuras convocatorias y pudiera alcanzar las elecciones en la Fedofútbol, que deben tener lugar antes de enero.
La vuelta de Edarlyn Reyes es una interrogante.
En un comunicado emitido por los jugadores el martes informaron que algunos de ellos decidieron no presentarse a próximas convocatorias hasta que haya garantías de mejoras en la estructura.
Una situación que llega pocos meses después de las renuncias de los empresarios Manuel Estrella y Ramón Hipólito Mejía al ambicioso proyecto de selecciones que se presentó en enero, alegando falta de coordinación e improvisación por la cabeza de la Federación.
¿Era inevitable?
Tanto Rubén García, presidente de la Federación Dominicana de Fútbol, como Arturo Heinsen, secretario general, coincidieron en señalar que advirtieron a Concacaf de la falta de condiciones para jugar en Montserrat, pero que no tuvieron otra opción que ir para evitar una sanción. Se trata de una isla con menos de 6,000 habitantes en el sur del Caribe, con serios problemas en su infraestructura.
«Ni los problemas logísticos que tiene ese país, ni el temporal climático que enfrentó la región el pasado fin de semana lo podíamos controlar. Incluso los jugadores lo reconocen», dijo García, que dice entender las quejas de los futbolistas.
«En casi 60 convocatorias que hemos hecho en esta gestión es la primera vez que hay problemas con el hospedaje y los viajes. Montserrat no tiene un hotel que supere las tres estrellas, en esta gestión los jugadores se hospedan en los mejores hoteles de Santo Domingo», dijo Heinsen.
El de la logística es un fantasma que vuela sobre la selección de mayores. A fallos en esos detalles se atribuye, en parte, el no que han dado al equipo jugadores como Mariano Díaz y Junior Firpo, con amargas experiencias para viajar de España al país y a Brasil a partidos amistosos antes de descollar en los clubes europeos.
El problema
El equipo llegó el jueves a Antigua & Barbuda donde se enfrentó a una larga escala por el tema del visado y pudo llegar hasta Montserrat en el ferry que se toma 90 minutos. Pero al regreso el sábado el barco estaba dañado y hubo que apelar a pequeños aviones de seis pasajeros para regresar a Antigua, donde esperaba el vuelo de vuelta a Santo Domingo.
De vuelta a la capital dominicana en medio de un diluvio Reyes, quien juega en Libia, comunicó en Instagram que no seguiría con el grupo hacia Managua por los inconvenientes enfrentados en Montserrat y responsabilizaba a la Fedeofútbol. Se quejaba de los vuelos, la alimentación y el hospedaje.
Pero el martes, antes de enfrentar a los nicaragüenses, los jugadores emitieron el comunicado donde reiteraban las quejas de las condiciones y, si bien reconocían que habían problemas que se iban de la mano de la Federación, calificaban de «mala organización en la logística» de la entidad rectora del balompié nacional.
Ya el lunes la Fedofútbol informaba que había rechazado ante la Concacaf jugar en Montserrat y calificaba la decisión de insistir en la sede del Look Out Stadium como «inaceptable» e «inentendible».
Sobre Reyes, los jugadores dicen en el comunicado que si bien «apoyan la decisión tomada por dicho jugador hasta cierto punto», «pero no justificamos la decisión de abandonar la concentración».
«Estamos siempre dispuestos a representar a nuestro país con mucho orgullo, pero por motivo a todo lo sucedido hay jugadores que tomaron la decisión de no presentarse a convocatorias hasta que no haya cambios», dice el comunicado del grupo.