En búsqueda incesante de los desaparecidos por la explosión en San Cristóbal
Al día siguiente, en la apacible provincia de San Cristóbal, la mañana soleada estaba aún oscurecida por los restos de una explosión devastadora.
A primera vista todavía había humo, mientras los habitantes atónitos observaban los escombros. Pero lo que resultaba aún más aterrador era la desaparición de varios residentes, que parecían haberse esfumado debajo del caos.
Al llegar al Hospital Regional Docente Juan Pablo Pina, familias enteras buscaban desesperadamente a sus seres queridos, mientras las autoridades luchaban por encontrar sus respuestas en medio de los escombros.
EL BEBÉ DE MARIELA ROSARIO LA ESPERA; FAMILIARES SE AFERRAN A SU FOTOGRAFÍA
Mariela Rosario llegó a Casa Toledo (Colchonera) un poco después de las 11:00 de la mañana. Así comienza la narración su madre Josefina Nova.
Con los ojos hinchados de tanto llorar, dijo que su hija primero llevó a su bebé de un año de nacido al pediatra para una consulta, y posteriormente, se trasladó a su trabajo como lo habitual.
La tía de Mariela dijo que anduvieron en la mayoría de centros hospitalarios y clínicas sin obtener respuesta alguna sobre su paradero y pidió a las autoridades, mostrando su foto que aparezca.
EL PANADERO TICO MANUEL ORTEGA, DE 17 AÑOS
El joven “Tico” es panadero. El local donde labora quedaba en la misma acera que la “Colchonera”.
Aunque él vive con su padre y no en Cambita junto a ella, fue la primera en enterarse de que en el momento de la explosión su hijo estaba por la zona. Rosaura recibió una llamada telefónica de una vecina quien le contó lo sucedido.
Lo siguiente que dijo fue “estoy agarrada de Dios, mi hijo tiene que estar vivo”.
Teodoro Ortega, quien es el padre y tutor de Tico dijo que él fue a la panadería a comprar mercancía para vender. La última vez que lo vio fue a las 2:00 de la tarde debido a que su hijo tenía que irse a trabajar.
Teodoro lo muestra en una fotografía y dice: “Míralo aquí, ese es él”, apelando a que sea informado sobre el paradero de su hijo.
ANA IRIS CRUCETA ESTABA EN EL LUGAR EQUIVOCADO