Este sería el aspecto real de los ángeles, según las descripciones de la biblia
Los ángeles se encuentran sin duda entre las criaturas fantásticas más conocidas y populares, en buena medida por la influencia histórica de las religiones judeocristianas sobre la cultura humana en general.
Como sabemos, los ángeles forman parte del imaginario de las llamadas “religiones del Libro”, es decir, aquellas que tienen como referencia común la Biblia, en donde los ángeles forman parte de la corte celestial que acompaña al Dios omnipotente. E incluso la contraparte maligna, Lucifer, se describe ahí como un “ángel caído”, un ángel que aunque en el origen estaba cerca de Dios, su orgullo lo llevó a ser castigado y convertirse así en el Príncipe de las Tinieblas.
Pero, después de todo, ¿Qué es un ángel? O, más aún, ¿Cómo luce uno de ellos?
A lo largo de la historia, las representaciones han variado, pero usualmente los ángeles se representan como seres humanos de apariencia bella y dotados de alas. Seres humanos es una denominación muy amplia. Lo cierto es que los ángeles son siempre hombres, ya desde los textos bíblicos, y al menos en el arte europeo, su representación ha variado solamente en la edad. A veces se han pintado como adolescentes, otras como hombres maduros y en ocasiones también como niños. Siempre en forma, llenos de vida, atractivos, triunfantes, nunca viejos ni decadentes.
Como mucho de lo que atañe a la religión, los ángeles son también una proyección de la psique humana, tanto en lo individual como en lo colectivo. Una prueba de ello es la distancia notable que hay entre esas representaciones a las que aludimos y las descripciones que de hecho se dan de dichas criaturas en la Biblia. En los textos poco o nada se encuentra sobre el aspecto viril y, es más, ni siquiera humano, de los ángeles.
Para demostrarlo, el artista de origen alemán Jonas Pfeiffer generó una animación 3D en la que siguió al pie de la letra las descripciones que sobre los ángeles se encuentran en la Biblia, específicamente en los textos atribuidos a los profetas Ezequiel e Isaías y al apóstol Juan, caracterizados los tres por un estilo apocalíptico.
En particular para sus modelos, Pfeiffer tomó como referencia los pasajes Ezequiel I: 4-14, Isaías VI: 2-8 y Apocalipsis 4: 8, en donde se mencionan serafines y querubines, dos de las nueve categorías de ángeles que existen según la teología cristiana.
Como vemos, las criaturas de Pfeiffer distan mucho de lo que solemos imaginar cuando pensamos en un ángel.
Pero si se trata de una entidad fuera de lo humano, ¿podría ser de otro modo? ¿No es lo divino también de algún modo ininteligible y por ello mismo terrorífico?
FUENTE AGENDA 56