Israel bombardea Gaza, pese a presión de proteger a civiles palestinos
Israel volvió a bombardear la Franja de Gaza ayer domingo, a pesar de la creciente presión internacional para proteger a la población civil y retomar la tregua con el movimiento islamista palestino Hamás.
Desde El Vaticano, el papa Francisco urgió a ambos bandos a implementar un nuevo cese el fuego lo más pronto posible.
«Nos duele que se haya roto la tregua. Eso significa muerte, destrucción, miseria», lamentó, en un texto leído en italiano por uno de sus asistentes tras la tradicional oración del Ángelus.
La tregua, negociada por Catar con ayuda de Estados Unidos y Egipto, entró en vigor el 24 de noviembre, tras más de un mes de guerra, y expiró el viernes. Ese día, el ejército israelí reanudó sus bombardeos en la Franja de Gaza.
El cuerpo armado afirma haber lanzado «unos 10.000 ataques aéreos desde el comienzo de la guerra», el 7 de octubre, en el estrecho territorio. También indicó que lanzó más de 400 bombardeos desde el viernes.
El ejército bombardeó el domingo el norte del territorio, a lo largo de la frontera con Israel, y realizó disparos de artillería. Pero también multiplicó sus ataques en el sur de la Franja, donde cientos de miles de palestinos han sido desplazados por el conflicto.
Según la ONU, 1.8 millones de gazatíes, más de dos tercios de la población, abandonaron sus hogares por la guerra, desencadenada el 7 de octubre tras el ataque de Hamás en el sur de Israel.
Los milicianos islamistas mataron ese día a 1,200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron, junto a otros grupos armados, a unas 240 personas, según las autoridades israelíes.
Israel, que ha prometido «aniquilar» Hamás, bombardea desde entonces el pequeño enclave y desde el 27 de octubre, lleva a cabo operaciones terrestres en la Franja, donde según Hamás, ya han muerto 15,523 personas.
«En las últimas horas, sólo 316 muertos y 664 heridos pudieron ser sacados de los escombros y trasladados a hospitales, pero muchos otros siguen bajo los escombros», declaró el portavoz del Ministerio de Salud de Hamás, que gobierna en el territorio palestino.
– Cohetes hacia Israel –
El ejército señaló en X (antes Twitter) que había «eliminado a cinco terroristas» y apuntado contra «túneles [de] terroristas, centros de mando y depósitos de armas» pertenecientes a Hamás, catalogado como organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea e Israel.
Las autoridades de Gaza indicaron que al menos siete personas murieron en un bombardeo israelí cerca de la frontera con Egipto.
Israel, por su parte, anunció que dos de sus soldados murieron en combate, los primeros desde el fin de la tregua.
El ejército afirmó que, desde que comenzó su ofensiva terrestre, destruyó unas 500 entradas de los túneles que, según el Estado hebreo, Hamás utiliza para sus operaciones. Hasta ahora, los israelíes descubrieron unas 800 de estas entradas, la mayoría en «zonas civiles (…) como escuelas, jardines de infancia, mezquitas o zonas de juego».
Tanto Hamás como Yihad Islámica, otro grupo armado, dijeron el domingo que habían lanzado «andanadas de cohetes» contra ciudades y pueblos israelíes, incluido Tel Aviv.
La mayor parte de estos artefactos explosivos son interceptados por el poderoso sistema de defensa aéreo israelí.
El Reino Unido anunció su intención de mandar vuelos de vigilancia sobre Israel y Gaza para ayudar a localizar a los cautivos, algunos de los cuales tienen nacionalidad británica.
– Demasiadas víctimas –
Según el ejército israelí, aún hay 137 rehenes en manos de Hamás u otros grupos armados. Durante la tregua, el grupo islamista liberó a un centenar de rehenes a cambio de 240 presos palestinos.
«No hay otra manera de ganar que continuando nuestra campaña terrestre», subrayó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
El número dos del buró político de Hamás, Saleh al Aruri, declaró a su vez que «el precio a pagar por la liberación de los prisioneros sionistas será la liberación de todos nuestros prisioneros, tras un alto el fuego».
«No encuentro palabras suficientes para expresar nuestra preocupación por lo que estamos viendo», escribió el domingo en la red social X el jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Los gazatíes carecen de comida, agua y otros bienes esenciales, y muchas casas están destruidas.
Y la falta de electricidad y de combustible para hacer funcionar los generadores sumió a muchos hospitales en el caos.
Según la ONU, «ya ningún hospital del norte está en condiciones de operar», por lo que los heridos más graves son trasladados a los del sur, saturados con heridos y muertos.
«Me estoy quedando sin palabras para describir los horrores que golpean a los niños aquí», declaró James Elder, portavoz de la agencia de Naciones Unidas para la infancia (Unicef), en un video desde el hospital Nasser en Jan Yunes.
– Sin «lugar seguro» en Gaza –
Huda, de nueve años, fue trasladada por la Cruz Roja al hospital de Deir al Balah desde el norte.
La niña sufrió «una hemorragia cerebral y fue conectada a un respirador artificial en cuidados intensivos», contó su padre a AFP. «Ya no me responde», repitió entre sollozos.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, advirtió que las órdenes de evacuación dadas por Israel a los gazatíes implicaban que «cientos de miles de personas» estaban siendo «confinadas en zonas cada vez más pequeñas».
No hay «lugar seguro en Gaza», insistió.
Los aviones golpearon «más de 50 blancos en un amplio ataque en la zona de Jan Yunis», en el sur de Gaza, donde una parte de los desplazados buscó refugio, según el ejército.
Ambas partes se culpan mutuamente de violar las condiciones de la tregua.
Los negociadores israelíes abandonaron Doha el sábado ante la falta de acuerdos para una nueva pausa en las hostilidades.