“La Pluma” terminó igual a como vivió: entre el fuego de la pólvora
Después de transcurridos más de tres meses del llamamiento formulado por el presidente Luis Abinader, al prófugo Jony Oscar Charles Juan, alias “La Pluma”, motivándolo a entregarse a las autoridades, agentes de la Policía Nacional lo abatieron la noche del pasado miércoles durante un enfrentamiento a tiros en el sector Villa Juana, del Distrito Nacional.
De acuerdo con informes oficiales, “La Pluma” y Migael Rodríguez, alias “Peluca”, de 33 años, quien acompañaba al fugitivo, fueron interceptados cuando transitaban por la calle Los Aviadores, en el polígono central.
Además de escaparse el pasado 29 de agosto mientras era trasladado desde la cárcel La Victoria hacia el Palacio de Justicia, de la provincia San Pedro de Macorís, el fugitivo contaba con un amplio historial delictivo.
El prontuario compartido por las autoridades lo sindica como uno de los autores del crimen, en diciembre de 2018, de tres personas, por “rencillas personales”.
Los fenecidos son Confesor Hichez Zapata, Pablo Roberto Celedonio Flores, Librada Zapata Sosa y Eladia Savino de la Cruz, quienes fueron ultimados en un mismo hecho ocurrido en el Cruce de Guerra, de Santo Domingo Este (SDE).
A estas se agrega el homicidio de Jorge Luis González Ramírez, registrado en 2021 en la provincia La Romana, donde también hirió a una niña de ocho años que tenía cargada la víctima.
Radhamés Hidalgo Paredes, de 51 años, fue otra persona que murió el pasado 21 de noviembre a manos de La Pluma, a causa de múltiples heridas de bala durante un hecho que sucedió la Autopista de San Isidro.
Este último indica que a pesar de estar estado de prófugo, La Pluma no se detuvo y continuó cometiendo actos criminales.
La Pluma era el cabecilla de una red criminal que se dedicaba a asaltos a mano armada, cobro compulsivo, extorsión, sicariato, secuestros, tumbe de cargamentos de drogas, contrabando y comercialización de armas y robo de vehículos.
Estos datos fueron ofrecidos por el portavoz de la Policía Nacional, coronel Rafael Tejeda Baldera, quien explicó que este criminal delinquía en sectores de Santo Domingo Este.
Durante la actuación policial, en la cual falleció La Pluma, también resultó detenida Justina Cristina Guzmán, de 34 años, quien se prestaba para alojar y trasportar a los hoy occisos y que, además, le fue ocupado en el interior de su cartera una de las tres pistolas calibre 9 milímetros.
LOS EFECTOS
Este hecho, ocurrido precisamente en los alrededores de una zona comercial, generó sentimientos de terror y miedo.
“Esto por aquí es tranquilo. Yo venía a un bar y estaba comiendo en la misma calle antes de ir, pero desde que escuché el fuerte sonido de los tiros tuve que salir huyendo”, indicó un hombre que se identificó como Alfredo, quien aseguró haber escuchado más de siete tiros.
Todavía en horas de la tarde de ayer, un personal adscrito a la Dicrim se encontraba visitando los comercios y casas situadas en los alrededores, para continuar con las investigaciones.
Aprovechando este caso, reporteros del Listín Diario realizaron un recorrido en algunas demarcaciones cercanas para conocer como la ciudadanía percibía los niveles de inseguridad.
En las calles de Villa Juana, zona industrial y comercial, algunos residentes manifestaron sentirse conformes con la labor que encabeza el cuerpo del orden en procura del bienestar social. No obstante, todas las declaraciones obtenidas durante el trayecto coincidieron en el rechazo que les tienen a los rateros.
“La Policía pasa, y está muy bien, pero el único problema aquí son los delincuentes que se ponen a robar retrovisores en las calles sin uno poder hacer nada porque son demasiado habilidosos”, esta expresión, que fue emitida por Elio Bueno, quien tiene 40 años viviendo en la localidad, reúne el pensamiento de los demás.
Las impresiones en Villa Consuelo no fueron tan similares, debido a que demandan una mayor efectividad policial enmarcada en la prevención del crimen.
“La Policía tiene que pasar más. No hay mucha delincuencia, pero tienen que presentarse más para ver si así los delincuentes cogen miedo”, indicó una persona que prefirió no compartir su identidad.
A diferencia de lo que sucede en estas comarcas, en la barriada del 27 de Febrero el problema se centra en organizaciones criminales que distribuyen y comercializan narcóticos, según comentaron algunos vecinos.