Las malas mañas de la Seguridad del Estado cubano

Han sido entrenados para amedrentar a la oposición democrática. Me refiero a los agentes de la Seguridad del Estado cubana que actúan en otros países con la misión de silenciar, y también de desacreditar, a quienes en la diáspora denuncian los atropellos del régimen castrista. Así ha sido a lo largo de más de seis décadas.

Nadie pensó que la historia del exilio cubano se prolongaría tanto tiempo. Había razones para creer, sobre todo por la realidad de un sistema fallido que sólo ha producido miseria, que la fórmula del comunismo caribeño colapsaría más pronto que tarde. Sin embargo, una vez más se comprueba que donde hay voluntad de ejercer el terror a cualquier precio una dictadura puede eternizarse.

El dramaturgo Yunior García Aguilera

La perdurabilidad de un gobierno totalitario que ha cumplido la friolera de 64 años ha provocado periódicas oleadas de éxodos en los que reconocidos opositores y disidentes han acabado estableciéndose en el destierro. De todos es conocida la historia del presidio político cubano, con célebres ex presos que fueron liberados por intermediación de figuras prominentes y gobiernos extranjeros: Armando Valladares, Ángel Cuadra, Eloy Gutiérrez Menoyo, por mencionar sólo unos pocos.

Radio Martí.Desde el exilio figuras como Aguilera, Jiménez Enoa y otros representantes de su generación han tomado el relevo de exiliados (muchos de ellos ya han fallecido) que a lo largo de los años han dado la batalla contra la desinformación. Ahora los más jóvenes sufren el acoso y las amenazas no tan veladas de los esbirros del gobierno que operan en el exterior desde las propias embajadas de Cuba, verdaderos nidos de la policía política y el espionaje castrista. España, en concreto, es un centro importante para la inteligencia cubana, que en ocasiones ha actuado con verdadera temeridad.

Recientemente Jiménez Enoa ha denunciado que ha sido objeto de amenazas por parte de “dos segurosos” cuando caminaba hacia su casa con su hijo de dos años. García Aguilera también apunta a actos por parte de “enviados” del gobierno cuyo objetivo es “reventar” cualquier actividad de los opositores. Es el tradicional modus operandi de la Seguridad del Estado, con la intención de intimidar a quienes gozan de tribunas y prestigio para desenmascarar las falsedades del castrismo.

Hacen bien Jiménez Enoa y García Aguilera en señalarles a los medios de comunicación y a las autoridades las tropelías de las que son víctimas por parte de un régimen que actúa como la mafia. En la isla podrán amordazar a fuerza de represión institucional, pero en el exterior, donde se vive y se respira en libertad, sus acciones matonescas son de juzgado de guardia. La impunidad no siempre vale.