Los Palmeros El asesinato de Los Palmeros es, según la historiadora Emilia Pereyra, uno de los sucesos más estremecedores de las disputas por el poder ocurridos en la República Dominicana en los doce años de Joaquín Balaguer.
Este enfrentamiento entre las fuerzas del orden público y Los Palmeros, demostró la firme determinación del régimen reformista de eliminar los focos de confrontación protagonizados por revolucionarios inspirados en la doctrina comunista, muy en boga entonces, explica Pereyra en un artículo para este medio.
Los Palmeros o comandos de la resistencia dominicana, fueron formados en diciembre de 1967 en Cuba, en una reunión encabezada por el coronel Francisco Alberto Caamaño, héroe de la Revolución de Abril de 1965 y líder del desembarco guerrillero por playa Caracoles en 1973.
La misión del grupo era fungir de avanzada del proyecto insurreccional de Caamaño. Tuvo el apoyo del gobierno cubano y de revolucionarios dominicanos vinculados al movimiento 14 de junio, cuyo objetivo era combatir al régimen balaguerista, para instaurar en el país un gobierno socialista, indica Pereyra.
El grupo, liderado por Amaury Germán Aristy, procedía de las filas estudiantiles y habían participado en la disputa contra los remanentes del trujillismo, en las movilizaciones contra el Triunvirato, en la guerra del 1965 y en otros episodios de la postguerra.
El enfrentamiento
De acuerdo a la historiadora, en 1972, los servicios de inteligencia habían localizado a Amaury Germán Aristy, a Virgilio Perdomo Pérez, Ulises Cerón Polanco y Bienvenido Leal Prandy (La Chuta), quienes se habían ocultado en una casa ubicada en el kilómetro catorce y medio de la autopista Las Américas, huyendo de una persistente persecución, tras la ocurrencia de unos asaltos.
La vivienda fue sitiada el martes 11 de enero de 1972, a las 10:00 de la noche, aproximadamente. En la madrugada las autoridades aumentaron el cerco y llegaron a apostar a 2, 500 hombres, para combatir a los cuatro jóvenes, en lo que se ha considerado como uno de los combates más desiguales del pasado siglo XX, explica la historiadora en el artículo citado.
Al empezar el 12 de enero se inició una encarnizada refriega entre los revolucionarios y tropas policiales, de la aviación, la marina y el Ejército.
Las fuerzas oficiales eran dirigidas por los generales Neit Nivar Seijas y Ramón Emilio Jiménez hijo, jefes de la Policía y de las Fuerzas Armadas, en ese período. Los insurrectos fueron repelidos con fusiles, cañones de 105 mm, bazucas, morteros, helicópteros y un avión de bandera estadounidense.
Primero cayeron Leal Prandy y Cerón Polanco, el capitán Virgilio Féliz Almánzar y otros dos rasos. Mientras, se mantenían con vida German Aristy y Perdomo Pérez, quienes se refugiaron en una cueva, desde donde resistieron por más de diez horas.
Perdomo Pérez fue ultimado en las primeras horas de la tarde y posteriormente falleció Germán Aristy. Entonces se dijo que Los Palmeros les ocasionaron ocho bajas a las fuerzas represivas, dato que nunca fue confirmado.
La revista ¡Ahora!, No. 428, del 24 de enero de 1972, narró que los hombres resistieron “hasta horas de la tarde a todo un ejército que se fue haciendo cada vez más grande con refuerzos de la Policía, la Fuerza Aérea Dominicana, el Ejército Nacional y la Marina de Guerra”.
Los medios, especialmente Radio Mil, Radio Comercial y otras emisoras que hacían transmisiones, daban cuenta de los sucesos y de las armas pesadas que se encontraban en el lugar, mientras la población se mantenía en vilo esperando el desenlace.
Paralelamente se producían manifestaciones estudiantiles en repudio al operativo oficial y en apoyo a Los Palmeros, en Ciudad Nueva, San Lázaro, San Miguel, San Carlos, Villa Francisca y en Villa Consuelo.
La Universidad Autónoma de Santo Domingo también fue escenario de revueltas, por lo cual la policía rodeó el campus.
Pese a que el gobierno de Balaguer se negaba a entregar los cadáveres, finalmente fueron sepultados por los familiares de los caídos, luego de que finalizaran las marchas fúnebres en medio de tensiones, lloros, lanzamientos de bombas lacrimógenas y disparos.