Marileidy Paulino, la reina latinoamericana de las pistas
«Yo quedaba de última siempre», bromea Marileidy Paulino al recordar sus inicios en el atletismo. Hoy es campeona mundial de los 400 metros y dos veces ganadora de esa distancia en la Liga de Diamante.
Paulino, de 26 años e ícono de la delegación de República Dominicana, está llamada a ser una de las grandes estrellas de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023.
Muy atrás quedan los tiempos en los que corría descalza, sin dinero para comprar unos zapatos, y en los que no podía imaginar qué tan lejos llegaría.
Ha sido un 2023 espectacular.
Paulino vivió su momento de mayor esplendor en el tartán a finales de agosto, cuando ganó la medalla de oro de los 400 metros del Mundial de Atletismo, en Budapest, con su mejor marca personal, 48.76 segundos, conquistando la primera presea dorada para Dominicana en una prueba individual de la cita desde los tiempos del inolvidable Félix Sánchez.
El mes pasado arrasó en la final de la Liga de Diamante en Eugene (Oregón, Estados Unidos), con tiempo de 49.58.
«Yo me siento orgullosa, digo: ‘¡guau! He hecho grandes cosas’, pero no me siento superior a nadie», expresó, manteniendo la modestia pese a sus triunfos, en una entrevista con el periódico dominicano Diario Libre.
Ya había sido una de las estrellas latinoamericanas en los Juegos Olímpicos de Tokio-2020, en los que consiguió dos medallas de plata en los 400 metros y en el relevo 4×400.
Y en 2022 había ganado dos medallas en el Mundial, un oro (4×400) y una plata (400 metros).
Viaje a los orígenes
Paulino no correrá en estos Juegos Panamericanos en los 400 metros, sino en los 200, prueba en la que tuvo un tardío comienzo en el atletismo cuando tenía 19 años, después de haber practicado voleibol y balonmano.
«Al principio no le prestaba mucha atención al atletismo. Empecé a tomar conciencia de este deporte un año después de empezar a practicarlo», contó el año pasado la quisqueyana a la web oficial del Comité Olímpico Internacional (COI). «Yo quedaba de última siempre».
«Empecé corriendo descalza, luego en medias, luego en tenis, luego con zapatillas prestadas… al final me pude comprar unas y por ahí siguió la historia», continuó.
Paulino corrió los 200 metros en la anterior edición de los Panamericanos, Lima-2019, así como los 100, lejos de alcanzar podio.
Entrenada por el cubano Yaseen Pérez, la decisión de volver a los orígenes responde a trabajo a largo plazo con vistas a los Juegos Olímpicos de París-2024, bajando las cargas de entrenamientos antes de meses duros.
Después de todo, la gran aspiración con vistas a 2024 es romper el récord mundial de los 400, 47.60 segundos, que está en poder de la alemana Marita Koch desde 1985.
«Vengo con eso en mi corazón», dijo Paulino.
«Buena persona»
Paulino quiere dejar huella dentro y fuera de las pistas de atletismo, por lo que impulsa una fundación para atender a niños huérfanos en Dominicana.
Nacida en la comunidad de Don Gregorio, en Nizao, esta atleta no olvida lo duro que es crecer en la pobreza. Su madre, Anatalia, la crió sola junto a sus hermanos.
Anatalia no tenía siquiera un televisor para ver a su hija competir en 2021 en los reprogramados Juegos Olímpicos de Tokio-2020. Vladimir Guerrero, exestrella del béisbol de las Grandes Ligas en un país que tiene en ese deporte su pasatiempo nacional, le envió entonces uno con una enorme pantalla de 65 pulgadas.
Paulino fundó a principios de este año un pequeño polideportivo en Nizao, con financiamiento de un banco y autoridades municipales.
«Los principal es ser buena persona, antes de ser buen deportista», comentó al portal del COI.