Mi respuesta a un fabulador y arribista marxista (1 de 2)

El pasado sábado 02/12/22, el conocido fabulador y arribista marxista Miguel Espaillat Grullón,  se destapó con un artículo titulado: «Morató y J. Flández, dos escribidores chihuahua y mitómanos»,a través de ALMOMENTO.NET en donde emitió juicios, acusaciones y adjetivos peyorativos tanto a mi persona y a mi dilecto amigo José E. Flández, colaborador de este medio al igual que este servidor.

Como ya sabemos, los comunistas son reacios al debate de las ideas, porque en su esencia ideológica eso no es factible ni aceptable. Odian la libertad de expresión porque son temerosos de la verdad y se creen dueño absoluto de ella. No toleran el disentir de ningún tipo, porque temen perder el poder el cual solo lo retienen con la fuerza y el terror, más no con la voluntad legítima expresada en las urnas.

Es por eso que en las dictaduras totalitarias del socialismo izquierdista que tanto defiende y aboga Miguel Espaillat, el derecho inalienable a la libertad de pensamiento y de la escogencia con elecciones participativas y democrática no existe.

En cambio, arribistas, sofistas y fabuladores como lo ha sido siempre él, se destapan a sus anchas en las naciones democráticas, a sabiendas de que al exponer sus ideas no van a ser perseguidos, encarcelados, torturados, censurados, acosados y despedidos de sus puestos de trabajos por exponer su sentir político. Esto pasa en regímenes izquierdistas, totalitarios, esclavista, fascistas y autoritarios como son los de la China Popular, Corea del Norte, Rusia, Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Podemos colegir por consecuencia, que talibanes de la palabra oral y escrita como lo es Miguel Espaillat, se aprovechan de las bondades que nos ofrece la democracia, para zaherir la misma y a todos los que la defendemos. Estos personajes malévolos, pérfidos, protervos y tergiversadores de la historia, se convierten con sumo agrado en verdaderos caballos de Troya para atacar y tratar de destruir desde lo interno a sus enemigos preferidos: los Estados Unidos de Norteamérica, a las naciones democráticas y al mismo sistema político que los atenienses legaron al mundo bajo la égida de Clístene de Atenas: la democracia.

Por lo expuesto más arriba, podemos deducir la razón por la cual Miguel Espaillat, en su papel de trepador social y político lleva cuatro décadas sumergido en las «fauces del malvado imperio» y «sufriendo los embates despiadados de un sistema explotador, cruel, abusivo, lacerante y esclavista»  como lo es el capitalismo y el neo liberalismo del que tantos beneficios él obtiene, negándole a su país de origen la oportunidad de disfrutar de su sapiencia agronómica y legales.

Pero esta dicotomía política entre lo que predican y lo que hacen en sus vidas privadas  no es patrimonio exclusivo de carcamanes como Miguel Espaillat. Es la tónica de estos comunistas resentidos, llenos de odio, de rabia y envidia, los cuales se mimetizan con el entorno democrático para vivir en el y disfrutar de lo bueno que nos brinda el sistema, obviamente, demostrando que son unos cínicos, descarados, hipócritas, ventajistas, aprovechados y de doble moral.

Es por esa razón que muchos Miguel Espaillat, ladran, acusan, esparcen sus odios y rencores políticos, pero nunca desde una nación totalitaria o socialista por las que ellos tanto abogan, sino precisamente, a lo interno de la nación que ellos más odian y critican: Estados Unidos. En la tabla de los valores éticos esto se conoce como descaro, cinismo e hipocresía.

¿Quién en realidad es el mitómano?

En esta parte de su artículo y en el párrafo 7, Miguel Espaillat dice (cito): «El mitómano gusta de suplantarse en la personalidad de varias personas, así vemos a simple bachilleres como Arturo Morató creerse un sapiente, y por ello, sin el menor rubor se atreve a criticar a eruditos como Noam Chomsky, a doctos como Andrés López Obrador y gobernantes eminencias del continente euroasiático como Vladimir Putin y Xi Jinping». (cierro cita).

Me resulta irónico y gracioso, que él haya recurrido a los adjetivos calificativos con los cuales yo siempre lo he señalado, precisamente, por ser él un mentiroso, fabulador y manipulador de los acontecimientos en la historia para adecuarlos a sus intereses ideológicos y políticos.

Yo nunca a través de mis modestas aportaciones de opinión en este diario y otros, he planteado conjeturas, conspiraciones haladas de los pelos como es costumbre en él. Me limito en exponer mis criterios e ideas  sobre una determinada actuación de un gobierno, de una ideología o de un líder político. Veamos algunas de las tantas teorías falsas sustentadas por Miguel Espaillat y a las cuales yo les he salido al frente demostrando su impostura.

1.a) Esgrimió hace poco una tesis tan pueril y absurda, como la de que el joven cubano Denis Solis González, que por el solo hecho de portal un cartel que decía: «Pueblo de Cuba, decide tu futuro», fue perseguido, encarcelado y condenado a ocho meses de prisión, era «un instrumento del gobierno de los Estados Unidos para hacer caer al gobierno cubano y para robar los recursos naturales de Cuba». O sea, la nación más poderosa del planeta, se tiene que valer de un joven cubano para tumbar la tiranía castrista. ¿Puede un «intelectual dialéctico» escribir semejante disparate?

2.b)  Acusó al Departamento de Estado de utilizar la llamada «Guerra de  cuarta generación» para derrotar a Donald J. Trump McLeod y adujo que la misma es obra de Gene Sharp. En ambas cosas le demostré que eran falsas. Trump fue derrotado por su incontinencia verbal y la llegada del virus chino que causó un gran impacto en la vida de los ciudadanos y una contracción económica.

Por otra parte, Gene Sharp no fue el autor de la llamada «Guerra de cuarta generación». La génesis de la misma fue del militar William Lind y cuatro soldados más en 1989, que redactaron un documento al que llamaron «El rostro cambiante de la guerra hacia la cuarta generación».

Esta tesis fue adoptada en la doctrina militar estadounidense e implicaba el uso de las armas y la violencia como instrumento de lucha y es todo lo contrario a la teoría de Gene Sharp, que sostenía que la lucha en contra de las dictaduras era sin  el uso de la violencia y la misma se  sustenta en sus dos obras: «La política de la acción no violenta» y de «La dictadura a la democracia». ¿Quién es mitómano,  yo o Miguel Espaillat?

3.-) Pero, una de las teorías más patéticas y que desdice mucho que un «intelectual y pensador dialéctico» -como él mismo se define- la haya utilizado sin el menor de los escrúpulos como argumento para incentivar el odio hacia el pueblo judío, fue la relacionada a lo que se conoció como «Los protocolos de los sabios de Sión». En efecto, en un artículo trápala suyo, trató de confundir a los lectores cuando a la misma  le dio categoría de verdad, siendo una de las conjeturas  más conspirativa, absurda, cruel y antisemita que se haya conocido.

Esa aberración literaria, fue el anticipo de los que en la historia se conoce como «La noche de los cristales rotos» o «pogromos», que fue la antesala a las persecuciones, crímenes, acosos y ataques a los negocios y viviendas de los judíos en la Alemania nazi y en Austria. Así de maquiavélica es la mente literaria de este marxista.

El único «intelectual y escritor» que no se ha enterado todavía que en 1921 se determinó que «Los protocolos de los sabios de Sión» no fue más que un libelo y un plagio vulgar tanto de las obras de Monstequieu como de Maquiavelo, para fomentar la ira hacia los hijos del Patriarca David, lo es Miguel Espaillat Grullón.

En cambio, yo siendo un «simple bachiller» tenía conocimiento hace tiempo de ese hecho y por ende, nunca  usaría en un escrito una mentira de ese calibre para adecuarla a mis intereses ideológicos. ¿Entonces, quién es el mitómano, el que utiliza una falacia para manipular los hechos y la verdad o el que la corrige de frente a los lectores?

En muchos de mis artículos, he manifestado que mi capacidad académica solo llegó hasta el cuarto grado del bachillerato, por lo tanto, si Miguel Espaillat me quiere denostar al escribir eso, en nada me afecta porque he sido el primero en reconocerlo y jamás lo he negado. Ahora bien, ello nunca ha sido ni será óbice para no salirle al frente a mentirosos, demagogos y sofistas como lo es él en su plan de ser apologista de una ideología perversa, criminal, abusadora como lo es el socialismo marxista y defensor a ultranza de regímenes totalitarios, fascista y dictatoriales.

Nunca he buscado suplantar la personalidad de nadie, me basta con la que tengo. Ahora bien, lo que sí trato siempre es de aprender lo positivo y las enseñanzas que nos han legado los grandes hombres que han forjado la historia política y no secundar y apoyar a dictadores, asesinos, corruptos, fascistas y de una ideología que enaltece al Estado por encima de  los seres humanos, como son las dictaduras  socialistas por las cuales él aboga de manera vehemente.

De paso, este simple bachiller aprovecha la oportunidad que me da el derecho a la réplica, para hacerle notar al marxista, erudito, escritor, abogado, político e ingeniero agrónomo Miguel Espaillat, (le encanta que le mencionen sus títulos) que la acepción «suplantarse» que él utilizó es incorrecta y no existe en el idioma español, ya que no hay forma de conjugación verbal.

Que la «Unión europea» se escribe con mayúscula por ser una entidad con nombre propio: Unión Europea; que después de la inicial de un nombre se debe poner punto y seguido: J. Flández, A. Morató; que el término «Patente de Corso» se escribe con minúscula: patente de corso y que -hasta prueba en contrario-  el término «exponencialmente» no aparece en el Diccionario de la Real Academia Española en su actualización del 2021.

Epílogo de la primera parte: 

Afirmo con justas razones que Miguel Espaillat Grullón, no solo en un fanático marxista sin cura alguna que, por motu propio eligió vivir en el país y en el sistema económico equivocado. Pero que, además de ello, es un mentiroso recurrente, un sofista pérfido,  un fariseo de la política y un pirómano de la verdad escrita. Como si  no fuera suficiente, es además, un pedante, arrogante y un fanfarrón que no lo disimula.

Escribo esto, porque hubo un detalle que yo capté la semana que antecedió a este artículo que hoy respondo y que los lectores no observaron, pero yo sí. Resulta que Miguel Espaillat le envió una nota adjunta al susodicho artículo al director de ALMOMENTO.NET en donde le reclamaba que debajo de su nombre no le pusieron su título de ingeniero agrónomo junto al de escritor, abogado y político que aparecen debajo de su foto. Al parecer, esa nota se deslizó junto a la publicación y fue quitada de inmediato, pero yo llegué a visualizarla. Así fue complacido su ego y su pedantería.

Esta es la forma arrogante y altanera del «revolucionario humanista» que ahora le ha dado -a pesar de ser un ateo marxista- en citar versículos de La Biblia, dando una imagen falsa de un buen cristiano. En la segunda parte de este artículo que publicaré, le daré más respuestas a lo publicado por él.

FUENTE AL MOMENTO