Nueva Zelanda prohibirá la venta de cigarrillos a las futuras generaciones

Nueva Zelanda prohibirá fumar a las futuras generaciones. Las personas que tengan actualmente 14 años o menos nunca podrán comprar tabaco legalmente en el país como parte del Plan de Acción Smokefree Aotearoa 2025, anunció en un comunicado este jueves el Gobierno neozelandés.

El objetivo del plan es eliminar gradualmente el consumo de tabaco en los próximos años hasta crear una Nueva Zelanda «libre de humo». Se espera que la iniciativa consiga para 2025 reducir la prevalencia del tabaquismo diario hasta menos del 5 % en todos los grupos de población del territorio del país.

«Queremos asegurarnos de que los jóvenes no empiecen a fumar nunca, por lo que consideraremos un delito la venta o el suministro de productos del tabaco a las nuevas cohortes de jóvenes», indicó la ministra adjunta de Sanidad, Ayesha Verrall, quien subrayó que las personas que tengan 14 años o menos en el momento que entre en vigor la nueva ley nunca podrán comprar tabaco de forma legal.

Asimismo, la funcionaria señaló que, entre otras medidas, el Gobierno reducirá «el atractivo, el poder adictivo y la disponibilidad de los productos de tabaco». Es decir, solo se podrá vender cigarrillos que contengan niveles muy bajos de nicotina, así como se disminuirá el número de tiendas autorizadas a venderlos.

Verrall recalcó que los cambios no entrarán en vigor inmediatamente para que los distribuidores tengan tiempo para hacer «la transición a un nuevo modelo de negocio».

«Es un día histórico para la salud de nuestro pueblo», resumió la ministra, agregando que los miembros del Gobierno son conscientes de que «es muy difícil dejar el hábito y es comprensible que algunas personas que fuman necesiten mucho apoyo antes de que estos cambios entren en vigor».

El pasado mes de abril, se informó que Nueva Zelanda estaba estudiando una serie de medidas antitabaco que contemplaban la prohibición de la venta de cigarrillos a las personas nacidas después de 2004. Varios expertos advirtieron entonces que limitar la venta de tabaco llevaría a la quiebra a los propietarios de tiendas y que las restricciones podrían alimentar un mercado negro no regulado.