Nuevo tratamiento para combatir la obesidad: El balón adelgazante que se ingiere

El procedimiento médico del balón gástrico o intragástrico, consiste en colocar en el estómago un balón de silicona flexible que a continuación se rellena con una solución líquida salina, con el objetivo de promover la pérdida de peso.

La colocación temporal de este balón dentro del estómago, produce una limitación en la capacidad estomacal de la persona, determinando que ingiera una menor cantidad de comida que lo habitual y se sienta llena con mayor rapidez.

Este balón se ha convertido en un tratamiento habitual para la obesidad y el sobrepeso, especialmente para aquellas personas que buscan una reducción de peso considerable en poco tiempo y han intentando sin éxito adelgazar modificando sus hábitos alimenticios, siguiendo dietas y haciendo ejercicio o que han recuperado rápidamente el peso tras haberlo perdido.

Se lo considera un dispositivo eficaz y seguro, que se recomienda a aquellas personas que cumplen una serie de requisitos y han pasado por un proceso de selección que le permite al médico determinar si el procedimiento será beneficioso para ese paciente en concreto, es decir si es buen candidato para este sistema.

Los modelos disponibles en el mercado se introducen en el estómago y se retiran una vez concluida su función, mediante un procedimiento quirúrgico, que se acompaña de sedación e incluye el uso de un endoscopio, un instrumento delgado con forma de tubo que se introduce a través de la boca y permite examinar visualmente el interior del estómago.

COLOCACIÓN SIN ENDOSCOPIA

A este sistema, que se viene practicando desde hace décadas, se ha sumado hace poco una nueva opción, con la llegada de un balón que se ingiere, sin necesidad de administrarle al paciente medicamentos que lo pongan en un estado de calma, relajación o somnolencia, ni someterlo al procedimiento endoscópico.

“El balón ingerible se conoce poco porque es un método relativamente nuevo, pero se está viendo que es muy seguro y tiene muy buenos resultados” habiendo sido utilizado por más de 70.000 pacientes de todo el mundo, desde su lanzamiento en 2017”, según la nutricionista Laura García Ayuso, miembro del Consejo regional de dietistas de Allurion España

El programa Allurion se fundamenta en un dispositivo médico, el balón ingeribe, y en el asesoramiento nutricional personalizado. Ambos “trabajan en equipo” para que la persona pierda peso comiendo de forma saludable y su aparato digestivo alcance la sensación de saciedad ingiriendo porciones más pequeñas de comida, según sus creadores (https://allurion.com/en).

El balón gástrico se ingiere, llegando a la cavidad estomacal de manera natural, a través de la boca, la garganta y el esófago, como sucede con los alimentos.

TAMAÑO DE UN POMELO

Es una cápsula del tamaño aproximado de una aceituna, que después de alojarse en el estómago, es llenada a través de una sonda con una solución líquida –mayoritariamente agua– en un proceso de alrededor de 15 minutos, y no más de media hora, controlado por medio de dos radiografías, adquiriendo un volumen similar a un pomelo.

El balón, fabricado con una película de poliuretano más fina y flexible que los balones gástricos de silicona, se pliega en una cápsula vegetal soluble en agua y se ingiere y pasa por el tracto digestivo, con la asistencia de un médico, en una sala de rayos X.

La cápsula se disuelve, el balón se despliega en el estómago y el médico llena el globo, a través de un fino catéter, con 550 mililitros de solución salina.

Cuando se retira el catéter, la válvula de llenado se cierra herméticamente, según Allurion.

Este balón para fomentar la pérdida de peso no requiere endoscopia ni cirugía para colocarlo ni extraerlo. Después de terminado el tratamiento se degrada, se vacía su contenido líquido y el cuerpo lo elimina de forma natural y sin dolor.

El balón ingerible facilita la pérdida de peso al aumentar la sensación de saciedad y reducir la capacidad del estómago.

CAMBIO DE HÁBITOS

“Su mayor ventaja es que se coloca en un procedimiento completamente ambulatorio, evitando el paso por el quirófano, las sedaciones e incluso las anestesias necesarias en otros métodos de adelgazamiento”, asegura García, recalcando que “uno de los puntos fuertes de esta solución es su sencillez”.

“El balón produce la sensación de tener el estómago lleno. El tratamiento dura unas 16 semanas (cuatro meses), pudiendo variar en unos días más o menos. Pasado ese tiempo, se desinfla y elimina a través del tracto gastrointestinal, con las heces, sin necesidad de intervención médica, añade la nutricionista.

Durante el tratamiento los pacientes pierden en promedio un 10-15 % de su peso total. Hasta el 95 % de la pérdida de peso se mantiene un año después de eliminarse el balón, señala.

García explica que además el programa Allurion va acompañado de un seguimiento nutricional, adaptado y personalizado para cada paciente”, quien “desde el primer momento está guiado por una nutricionista que le da indicaciones sobre cómo tiene que tomar los alimentos y en qué orden”.

El programa incorpora una ‘app’ para dispositivo móvil, así como una balanza y un reloj, ambos digitales, que monitorizan el peso, actividad física y sueño del paciente, y funciona en conexión y sincronización con dicha ‘app’, desde la cual se trasmite la información recogida al equipo médico, para que efectúe un seguimiento continuo de la evolución de la persona.

La finalidad del programa es ayudar al paciente a que cambie sus hábitos y así consiga unos resultados definitivos”, apunta.

“Tener el balón en el estómago contribuye a reducir la ingesta de alimentos, disminuye el hambre y los antojos y ayuda a sentirse lleno durante más tiempo. Una vez que se elimina del cuerpo de forma natural, la persona habrá desarrollado nuevas preferencias alimentarias y comerá raciones más pequeñas”, recalca.