Ricardo Céspedes, dominicano que busca, ahora con Panamá, tercera corona en un mes
El tren de alcance continental que ha frecuentado Ricardo Céspedes desde mayo lo ha depositado esta vez en Miami, donde apuntan desde el jueves los reflectores del béisbol.
Otrora prospecto que recibió un bono de seis dígitos y hasta 2018 era un top 20 en la finca de los Mets, Céspedes ha hecho de trotamundos en los últimos ocho meses, apretando la mandíbula en ese territorio pantanoso que conviven los atletas del primer nivel para no ser triturados por la competencia voraz.
Este jardinero zurdo nacido en Nueva York hace 26 años, de padres dominicanos y formado como amateur en Santo Domingo Este, bateó de 4-3, con dos anotadas, el domingo y ayudó a los Federales de Chirriquí a imponerse 5-1 a la selección de Nicaragua, en la Serie del Caribe.
En el LoanDepot Park Céspedes no solo busca con los canaleros su tercer título de campeón de invierno en seis semanas, sino convencer a la industria de que tiene una gasolina en ese tanque que en seis temporadas de ligas menores no pudo mostrar: Una línea de .251/.292/.312 con cuatro jonrones y 96 empujadas en 293 partidos sin superar Clase A agotó la paciencia de la industria.
El trayecto
En julio de 2013, con 16 años, los Mets lo reclutaron por un bono de US$725,000; en 2016 (rookie) arrojó sus primeras luces y en 2018 fue transferido a los Marlins hasta que un año más tarde fue dejado libre, a los 21 años, y no ha vuelto al sistema.
Fuera del mapa beisbolístico entre 2020 y 2021 en 2022 llegó a la Liga del Atlántico (independiente) y allí repitió en 2023, con los Staten Island FerryHawks.
Un regreso en el que ha mostrado un activo que no exhibió en ligas menores, la velocidad, con 21 y 25 robos en las últimas dos campañas en esa liga.
En medio de la temporada, junio, hizo pausa en Estados Unidos cuando la Federación Dominicana de Béisbol lo llamó para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador, donde los quisqueyanos no subieron al podio al quedar cuartos.
Ya en el curso 2022-2023 apareció en cuatro juegos con el Escogido, y cuando los rojos abrieron su campamento en septiembre pasado estuvo allí. Pero no estaba en los planes de Víctor Estévez, que lo cedió para que en octubre se uniformara con la novena nacional que fue a los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile, donde no superaron la primera ronda.
Entonces llegó la llamada de los Caimanes de Barranquilla, de la liga colombiana, y tomó el ejemplo de su amigo Elier Hernández, que con dos temporadas en tierra cafetera (2020 y 2021) pudo regresar a una organización de la MLB (Rangers) y hasta logró debutar.
En Colombia, Céspedes ayudó a los Caimanes a alzar la corona (fue cuarto en hits del campeonato con 42) y tras concluir allí, el seis de enero, a su WhatsApp ingresó un mensaje desde Panamá para jugar la breve liga que se disputa en el istmo (2-26 de enero con tres equipos). No lo dudó, hizo las maletas y aportó al conjunto que consiguió el cetro en tierra de Durán y Torrijos.
Contra Dominicana
El miércoles, Céspedes se enfrentará a los Tigres del Licey en el partido de cierre de calendario para ambas novenas, uno donde puede estar el juego la clasificación o el orden para la semifinal. Un ambiente extraño para un jugador que antes de 2023 ya representó al país tanto en el premundial sub-23 de Panamá, en 2020, como en el mundial de la categoría que se disputó en México, en 2021.
«Sé que va a ser un momento un poco tenso, sabes, porque te estás enfrentando a tu país», le dijo Céspedes a Rafael Padilla (@elPadiTV) en una entrevista previo al torneo. «Será un poco tenso a lo primero, pero después que estemos en el terreno es como yo digo; ´si tú pertenece al otro equipo eres mi enemigo´».