Todavía no hay apresados por muerte de un tiro de chofer de la Presidencia
Un mes y 20 días han pasado desde que desaprensivos acabaron con la vida del teniente Luis Pérez Ruiz en el barrio Cancela, del sector La Ureña, en el municipio Santo Domingo Este de la provincia Santo Domingo, supuestamente para despojarlo de su arma de reglamento.
Todavía las autoridades dominicanas no han identificado a los responsables de ultimar de un disparo en la cabeza al primer teniente del Ejército, quien se desempeñaba como chofer de la Presidencia de la República.
Pérez Ruiz es recordado entre sus familiares y allegados como un hombre noble, de buen corazón, entregado a su familia y de fe cristiana, quien sirvió en la milicia del país con amor y responsabilidad, por lo que ven «justo» que las autoridades den respuestas y apresen cuanto antes a los autores del hecho.
El oficial se dio a querer en la comunidad donde tenía poco tiempo viviendo por su forma de ser y por el buen trato que tenía hacía las personas. Dejó cuatro hijos en orfandad.
Luis Pérez Ruiz, de 42 años, fue ultimado por desconocidos mientras se disponía salir de su residencia. Salió como de costumbre a la 5:00 de la mañana del miércoles 15 de marzo cuando fue sorprendido con un tiro en la cabeza para, según su familia, quitarle su arma de fuego.
El oficial era oriundo del municipio de Las Salinas, provincia Barahona, y por razones laborales vivía en el sector junto a uno de sus tíos.
Al escuchar el disparo su tío se dio cuenta de que era Luis que estaba tirado en el pavimento, por lo que lo tomó en sus brazos y, en medio del dolor y la desesperación, encendió el carro para llevarlo a un centro de salud, pero murió a pocos minutos del impacto.
Por el caso, un joven de 23 años fue entregado por sus familiares en el destacamento del sector La Ureña, tras supuestamente sus allegados recibir amenazas por parte de oficiales del orden dos días después del hecho. Sin embargo, fue dejado en libertad tras no encontrar pruebas de culpabilidad en su contra.
La madre, esposa y hermana de Jeuri decidieron entregarlo a las autoridades el pasado 17 de marzo por seguridad, con el temor de que su pariente resultare afectado, producto de las amenazadas que aseguran recibieron por parte de los agentes.