Un ataque deja 23 muertes en Pakistán
Un suicida hizo estallar ayer martes un vehículo cargado de explosivos en la entrada principal de una comisaría de policía en el noroeste de Pakistán y mató a al menos 23 policías, además de herir a otros 32 y provocar el derrumbe de parte del edificio, según el ejército y las autoridades.
El atentado, uno de los más letales desde enero, causó “múltiples bajas”, afirmó el ejército paquistaní en un comunicado, en el que agregó que seis insurgentes abrieron fuego después iniciando un tiroteo con las fuerzas de seguridad que duró varias horas hasta que “los terroristas” fueron abatidos. La policía local confirmó también que los seis atacantes estaban muertos.
Por otra parte, el comunicado del ejército apuntó que los «soldados mataron a 27 insurgentes” en múltiples operaciones en la misma región.
Es probable que la cifra de víctimas mortales aumente ya que algunos de los agentes estaban en estado crítico, según las autoridades. Los cuerpos de los 23 efectivos de las fuerzas de seguridad fallecidos fueron trasladados a un hospital, indicó Mohammad Adnan, un alto funcionario policial, a reporteros.
El ataque ocurrió en Dera Ismail Khan, una ciudad de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, en la frontera con Afganistán, explicó el agente de la policía local Kamal Khan. La región es un antiguo bastión del Talibán de Pakistán, el grupo insurgente también conocido como Tehreek-e-Taliban Pakistan o TTP.
Un nuevo grupo extremista, Tehreek-e-Jihad Pakistan o TJP — que se cree que es una escisión del TTP — se atribuyó la responsabilidad por el ataque en un comunicado en el que apuntó que su acción tenía como objetivo a los policías que estaban en la comisaría.
OPERACIONES DE INTELIGENCIA
Un gran número de efectivos de las fuerzas de seguridad de todo el país han tenido una presencia constante en la comisaría de Daraban, donde realizan operaciones de inteligencia contra los insurgentes en la zona con la ayuda de la policía local, apuntó Khan
El presidente del país, Arif Alvi, condenó el ataque y transmitió sus condolencias a las familias de los “mártires”, además de apuntar que “sus sacrificios no serán en vano» y que estos atentados no pueden debilitar la determinación de sus fuerzas de seguridad.
El ministro interino del Interior, Sarfraz Bugti, denunció la masacre en un comunicado y calificó el ataque de acto de “terrorismo”.
Khyber Pakhtunkhwa ha registrado un aumento de la violencia con varios ataques insurgentes letales en este año. En enero, al menos 101 personas, en su mayoría policías, murieron cuando un suicida disfrazado de agente se inmoló en una mezquita en la ciudad noroccidental de Peshawar.
El TTP ha intensificado sus ataques contra las fuerzas de seguridad desde 2022. Las autoridades apuntan que los insurgentes se han envalentonado al vivir abiertamente en Afganistán desde que el Talibán se hizo con el poder allí en 2021.
El TTP, aunque es un grupo independiente, tiene una alianza muy estrecha con los talibanes afganos.
Dera Ismail Khan está cerca de Waziristan del Sur, un antiguo refugio para insurgentes. El ejército paquistaní llevó a cabo múltiples operaciones contra los extremistas allí luego de que un ataque contra una escuela gestionada por el ejército causó más de 150 muertos, en su mayoría niños en 2014.