Vicepresidenta de la República resalta aplicación de principios y valores cristianos

La vicepresidenta de la República, Raquel Peña, resaltó la implementación en su labor politica, de los principios y valores cristianos aprendidos en su casa, la escuela y la iglesia, los cuales, señaló, siempre están presentes.

Sostuvo que creció en una familia de profundos valores católicos, lo que aprendió desde pequeña y han guiado mi vida personal y profesional.
Al participar en la apertura del Primer Congreso de la Academia de Lideres Católicos en la Repúblicas Dominicana, inaugurado este sábado por la Universidad Católica Nordestana (UCNE), en San Francisco de Macorís, la vicemandataria, habló su el liderazgo católico.

En la actividad inaugurada con las palabras de Monseñor Ramón Alfredo de la Cruz Baldera, Obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís y Gran Canciller de la UCNE, estuvieron presentes el Rector de esa institución, doctor Isaac García de la Cruz; el Obispo de la Diócesis de La Altagracia, Monseñor Jesús Castro Marte; el expresidente de Costa Rica, Miguel Ángel Rodríguez; el ministro de Industria, Comercio y Pipymes, Víctor (Ito) Bisonó; José Antonio Rosas, presidente de la Academia de Líderes Comunitarios, así como invitados nacionales e internacionales.

Raquel Peña destacó que esos valores, esta fe, se fueron fortaleciendo con experiencias como las vividas en el Colegio de la Salle, donde estudié bachillerato y conocí de cerca la gran labor que realizan los hermanos lasallistas y bajo su orientación, me fui involucrando en tareas sociales como la alfabetización de niños, que me permitió descubrir mi vocación de maestra y comprobar la dimensión transformadora del liderazgo católico”, significó.
Detalló que la fe se muestra de muchas formas y una de ellas es a través del servicio, destacando que ver el trabajo de los hermanos lasallistas y realizar esta labor social le revelaron que, efectivamente, Dios hace su obra por medio de nosotros.

“De ahí que sea tan importante para nosotros, como católicos, estar dispuestos a servir al prójimo y son esas acciones las que ponen de manifiesto el gran amor del Señor hacia sus hijos”, señaló.
Recordó que ante la propuesta de ser la compañera de boleta del Presidente Luis Abinader, en ese momento candidato a la presidencia, aceptó su invitación porque conoce a Luis, a Raquel, a toda su familia, sabía, y estaba convencida, de que, desde un gobierno presidido por él, íbamos a contribuir al desarrollo de mi país, sirviendo con honradez y transparencia.
Encomió que ya en el servicio público, el presidente ha demostrado con su práctica política, los valores cristianos que han guiado su vida, su formación y voluntad de servicio.
Sostuvo además, que como ha dicho en otras ocasiones, conducir un Estado requiere habilidades políticas y administrativas, pero también una profunda dedicación al servicio público y a la nación que representamos.

Raquel Peña, destacó que, en su labor política, los principios y valores cristianos aprendidos en casa, la escuela y la iglesia, están siempre presentes porque son fundamentales para servir a la nación desde el compromiso, la solidaridad, la responsabilidad y la justicia.
“Hay quienes me definen como una persona de mucha fortaleza y con certeza les digo que esa fortaleza no es más que la demostración de amor por lo que hago. Un amor que es reflejo de la presencia de Dios en nuestras vidas y de la fe que hace posible lo imposible”, significó.
La vicepresidenta de la Republica en su intervención en el I Congreso de Líderes Católicos, felicitó a la Academia de Líderes Católicos Latinoamérica y a la Fundación doctor Ramón Tallaj, por organizar ese congreso, que dará apertura a la Escuela de Líderes Católicos del país.

De igual modo, felicitó a la Universidad Católica Nordestana (UCNE), por servir de sede, y, por supuesto, a monseñor Ramón Alfredo de la Cruz Baldera, Obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís y Gran Canciller de la UCNE, por ofrecerle esta oportunidad de compartir con tantos líderes católicos y conocer sus valiosos testimonios de vida.
“Si hablamos de referentes, en nuestra Iglesia tenemos grandes ejemplos de liderazgo, empezando por su santidad, el papa Francisco, cuyo pontificado es un modelo de apertura, humildad y cercanía”, indicó.

En el I Congreso de Lideres Católicos en la República Dominicana, intervinieron además Mario J. Paredes, miembro del consejo general de la Asociación de Líderes Católicos; Juan Manuel Arellano y Ramón Tallaj hijo.
También ofrecieron testimonio de fe liderazgo católico en la ida pública, Pelegrin Castillo, presidente del Frente Nacional Progresista, Eléxido Paula Liranzo, presidente ad vitam del Partido Humanista Dominicano, entre otros.

Dijo que cuando venía hacia San Francisco de Macorís, recordó que una vez el Santo Padre tuvo una teleconferencia con estudiantes de La Habana y Nueva York, en el que habló de su proyecto educativo Scholas.
Expuso que durante ese diálogo, uno de los jóvenes le pidió ejemplos de liderazgo y Su Santidad respondió con la siguiente frase: “Un buen líder es aquel que es capaz de generar otros líderes”
“Comparto esta visión de liderazgo del papa Francisco, en el sentido de que los verdaderos líderes inspiran y apoyan a los demás para que desarrollen sus habilidades de liderazgo; Por esta razón, tengo muchas expectativas sobre los resultados de este congreso y la oportunidad que nos brinda como ciudadanos y católicos de seguir aprovechando nuestros talentos para ser esa luz en el mundo a la que se refiere el Evangelio”.

Entiende que las obras educativas, espirituales y sociales de la Madre Iglesia, han transformado tantas vidas y comunidades, precisamente, gracias al liderazgo católico, agregando que un liderazgo vivo, de entrega y trabajo, de amor al prójimo y fe en nuestro Señor Jesucristo y un liderazgo que tiene el poder de trascender a la propia comunidad de creyentes y volverse un faro que ilumina a toda la sociedad.
“Por esta unidad de fe y de pensamiento, por esta visión de gobernar con el oído y el corazón en el pueblo, hemos podido desempeñar nuestras labores. Los países necesitan ciudadanos que rompan esquemas, que no den por sentado que todo está ya descubierto y fabricado, que innoven, que emprendan, que no tengan miedo a los retos, ni al cambio, ni a la evolución. Creo firmemente que el liderazgo católico puede y debe contribuir a lograr estos objetivos”, puntualizó.